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Mueren tres militares al estrellarse un Aviocar cerca de Valladolid

Tres militares del Ejército del Aire perdieron la vida al estrellarse pasadas las 10. 30 de la mañana de ayer un avión C-212 Aviocar en las proximidades de La Cistérniga (Valladolid), al parecer debido a un fallo técnico. El funeral por los tres fallecidos -el comandante Juan Ignacio Alcusa Belsúe, de 38 años, casado y con una hija, natural de Valencia; el capitán Carlos Fernando Ruiz Resa, de 33 años, soltero, de Madrid; y el sargento Jesús Morales de la Riva, de 24 años, soltero, de Valladolid- se celebrará hoy en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde estaban destinados.

El Aviocar siniestrado pertenecía al CLAEX (Centro Logístico de Armamento y Experimentación) y había partido de la base de Torrejón rumbo a la de Villanubla (Valladolid). Estaba realizando un ejercicio de instrucción relacionado con una prueba de vuelo necesaria para expedir el certificado de aeronavegabilidad del avión, según informó el Ministerio de Defensa. Pasadas las 10.30 de la mañana, cuando se mantuvo el último contacto por radio, se estrelló en una zona conocida como La Cuesta de las Encinas, a unos 15 kilómetros de Valladolid. Un testigo, Miguel Ángel Mostaza, dijo a Efe que vio cómo el avión perdía altura y caía en picado al suelo.Aunque las causas del accidente no estarán claras hasta que concluya su trabajo el instructor designado ayer mismo, la hipótesis que se baraja como más probable es un fallo técnico, dada la acreditada pericia y experiencia de los pilotos, las buenas condiciones meteorológicas y el hecho de que el avión cayese en un terreno llano.

El pasado día 5 otro Aviocar de la Fuerza Aérea se estrelló en la sierra madrileña de Guadarrama, pereciendo sus cinco tripulantes. Fuentes del Ejército del Aire indicaron ayer que no existe aparentemente ninguna relación entre ambos siniestros por lo que no está previsto adoptar ninguna medida con estos aviones. Los C-212 entraron en el servicio hace 25 años y el aparato accidentado ayer databa de esa época, aunque las fuentes consultadas no pudieron precisar si había sido sometido recientemente a alguna modificación.

El aparato quedó destrozado y los cuerpos de los tripulantes atrapadados en la cabina, de donde tuvieron que ser sacados con ayuda de una grúa. Al lugar de los hechos se desplazó el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Jesús Merino, para mostrar su solidaridad.

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