_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Chiapas 2

Conocida práctica del poder ha sido instigar un factor de desorden para luego, en nombre del orden, machacar las disidencias. Sin disculpar la miserable barbarie integrista argelina, al propio Gobierno de Argel hay que pedirle cuentas por la cantidad de supuestos actos terroristas, en realidad paraterrorismo de Estado, justificativo de la represión. Atención a Chiapas. Allí está ocurriendo lo mismo. La matanza de indígenas a cargo de matarifes para gubernamentales ha justificado el avance del Ejército y una operación de acoso a los zapatistas, ese molesto ruido revolucionario que se interpuso en el mensaje fin de historia perpetrado por el ex presidente Salinas y Estados Unidos. Atención a Chiapas porque allí se está jugando el sentido ético de este fin de milenio, como un referente simbólico, como un imaginario, si se quiere, de la esperanza como virtud laica.Escribía Kalfon en su estudio sobre Che Guevara que, -así como el argentino-cubano fue el prototipo del héroe revolucionario oculto, el vicecomandante Marcos es el ejemplo del revolucionario mediático que consigue un respaldo universal mediante un mensaje tan cargado de verdad que es incontestable, como si el viejo sueño de los ilustrados, la verdad como evidencia, se hubiera cumplido. Los escritos de Marcos, Yo, Marcos, y Cuentos para una soledad desvelada, revelan un espíritu contemporáneo que no representa ni al posmarxismo, ni al postercermundismo, ni a una supuesta posmodernidad de izquierdas. Representa el resultado de haber vuelto a mirar cara a cara el desorden del ]mundo en busca de sus causas, de su inventario y del papel del ser humano para ordenar el caos del capitalismo salvaje. No se trata de auspiciar guerrillas lejos de nuestras casas. Se trata de reconocer el. derecho a luchar por la justicia según las condiciones creadas por los injustos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_