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El Supremo brasileño niega la extradición de un asaltante al tren de Glasgow

La Corte Suprema de Brasil decidió ayer por unanimidad denegar la solicitud de extradición del famoso asaltante británico Ronald Biggs, de 68 años, uno de los participantes del llamado robo del siglo, el asalto al tren postal Londres-Glasgow, que rindió a sus autores 2,6 millones de libras esterlinas de las de entonces.Los 11 miembros de la Corte fundamentaron su decisión en el Código Penal brasileño, según el cual el delito de Biggs prescribió hace 14 años, y en la ley de extranjería, que establece que en los casos de extradición el plazo para la prescripción del delito debe ser calculado según la legislación brasileña.

El ladrón inglés, que había sido condenado en su país a una pena de 30 años de prisión, se evadió en 1965 del presidio de Wandsworth, 15 meses después de su detención. A partir de ese momento, el fugitivo llevó a cabo un novelesco periplo clandestino que lo llevó a Australia y más tarde a Brasil, donde vivió de incógnito en Río de Janeiro durante cuatro años hasta que fue identificado, ya sin dinero.

Esta es la tercera vez que el Gobierno británico intenta llevarse a Biggs de vuelta a cumplir la pena. En 1974, el ladrón británico logró permanecer en Brasil merced a la acción de su abogado defensor, el hoy ministro de la Corte Suprema, José Carlos Sepúlveda Pertence. En aquella ocasión, la Corte Suprema denegó la petición al comprobar que tenía un hijo brasileño que había nacido pocos meses antes de su relación con la bailarina carioca Raimunda de Castro.

En 1981, el ladrón inglés fue secuestrado en Río de Janeiro en una operación de corte cinematográfico, protagonizada por agentes británicos que lo embarcaron en un navío con rumbo a Londres, pero la decidida acción de la diplomacia brasileña obligó a devolver a Biggs a Brasil, cuando el secuestrado ya se encontraba en Barbados. Para los brasileños se trataba en aquella ocasión de una cuestión de soberanía nacional.

Durante los últimos días algunos magistrados y funcionarios del Gobierno se mostraron preocupados ante la posibilidad de que un fallo contrario a la extradición reforzara la fama que muchos atribuyen a Brasil de "refugio de bandidos internacionales". El Gobierno británico había solicitado la extradición de Biggs hace dos semanas, pero tras esta decisión el proceso de extradición queda archivado y no será siquiera considerado por la Corte Suprema. La solicitud de Londres llegó a la cancillería brasileña el miércoles pasado, dos meses después de la firma de un acuerdo de extradición entre los dos países.

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