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La Audiencia condena a nueve años de inhabilitación a un alto cargo del PP

El ex alcalde de Humanes y actual director general de Asuntos Taurinos de la Comunidad, Julio Pacheco Benito, del PP, no podrá ocupar ningún cargo público en los próximos nueve años. La Audiencia de Madrid le ha condenado "a nueve años de inhabilitación para empleo o cargo público" por un delito de prevaricación (tomar una decisión a sabiendas de que es injusta). Esta dura condena se debe a que cuando era alcalde de Humanes (8.000 habitantes) recusó a un concejal de la oposición para evitar que prosperase una moción de censura que le habría apartado del cargo. La Audiencia reprocha duramente su actitud. "La conducta del acusado fue más allá de la mera ilegalidad pues, sin ningún fundamento ni razón, privó a un concejal de un derecho constitucional [votar en la moción de censura]. Y es que, para mantenerse en la alcaldía, [Pacheco] dictó una resolución clamorosamente arbitraria, sin fundamento ni base legal".

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El tribunal le ha impuesto los mismos años de inhabilitación -nueve- que le pedía el fiscal. No podrá ejercer durante ese tiempo "ningún empleo o cargo público", ni tampoco ser nombrado para un cargo de libre designación "que comporte facultades decisorias". Pacheco dispone de cinco días para recurrir ante el Tribunal Supremo. Este varapalo judicial se interpreta como un aviso para navegantes. Otros cuatro alcaldes, dos del PP y dos independientes, están denunciados ante los tribunales o van a serlo por negarse a convocar la moción de censura.

El ex alcalde actuó "torticeramente" al impedir a un edil votar en su contra, afirma el tribunal

Pacheco justificó entonces su decisión, en declaraciones a este periódico, en que había recibido órdenes de la secretaria de organización municipal del PP, Mercedes de la Merced, para mantenerse en la alcaldía. Al ver que arreciaban las críticas contra el alcalde, Pío García Escudero, presidente del PP de Madrid, convenció a Pacheco para que convocase la moción de censura y dejase el sillón municipal. Paralelamente, le prometió un cargo público.El actual director de Asuntos Taurinos de la Comunidad señaló durante el juicio, exculpándose, que su decisión respondió "a un acto político". Si obedeció a esa motivación, le responde el tribunal, "no se entiende por qué no obedeció entonces (ni recurrió) la sentencia que al efecto dictó la sala de lo contencioso-administrativo [que le obligó a convocar de nuevo la moción de censura]".

También alegó Pacheco en el juicio que su decisión "se ajustó a la legalidad", y que se apoyó en un informe de su abogado basado, a su vez, en una sentencia del Tribunal Supremo sobre un caso similar. En ese caso, el Supremo dio la razón a un alcalde que no había convocado una moción porque uno de los ediles tenía intereses económicos para derribar a un alcalde.

"Cierto es que la defensa del señor Pacheco", subraya el tribunal, "ha ilustrado a esta sala en los complejos vericuetos del procedimiento administrativo y en la bondad de su informe, que, en todo caso, no surtió efecto alguno en el Tribunal Superior de Justicia".

La Audiencia explica que hay una serie de datos que permiten inferir "con absoluta certeza" que, en este caso, Pacheco prevaricó, y que su actuación fue "torticera". Y lo razona: "Primero, el decreto para recusar al concejal lo dictó apenas media hora antes de empezar el pleno (...) Un dato ya de por sí llamativo, que desvela la auténtica intención del acusado de eliminar sorpresivamente a un adversario político que disponía de un voto decisivo para despojarle de la alcaldía".

Como pieza "angular de su defensa", el acusado adujo en el juicio que, al recusar a ese edil, "su intención era preservar los intereses generales frente a los espurios propósitos del concejal Rodríguez". Se refería a que este edil tenía interés en una recalificación urbanística. Y que él, conocedor del asunto, le recusó "en aras del bien común". Esta coartada, contesta el tribunal, "se derrumba estrepitosamente" en el momento en que "el acusado reconoce que esa recalificación no es competencia del Ayuntamiento, sino de la Comunidad de Madrid, y que el municipio había emitido un informe favorable al respecto".

El ahora director general de Asuntos Taurinos dejó el PP en julio de 1994 para no hacer daño a su partido. Incluso abandonó su cargo como diputado regional. Sin embargo, siguió agarrado al sillón del Ayuntamiento. Pero a duras penas. La oposición municipal, como tenía la mayoría, le vapuleaba pleno tras pleno y hasta le reprobó por "indigno".

En marzo de 1995, el Tribunal Superior obligó finalmente a Pacheco a convocar la moción de censura. Y en abril de ese año se rindió. Lo que no evitó que la vía judicial penal siguiese su curso.

Este periódico no logró en la tarde de ayer localizar a Julio Pacheco para conocer si va a recurrir o no la sentencia y si está dispuesto a dejar el cargo público que ahora ocupa.

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