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La Asamblea exige al Madrid que impida la entrada de ultras a su campo

José Manuel Romero

No fue un partido de guante blanco. La comparecencia de dos directivos del Real Madrid en el Parlamento regional para hablar de los ultra sur y la violencia urbana se cargó, de tensión desde los primeros minutos y a punto estuvo de acabar mal. Los diputados de IU y PSOE sugirieron en sus intervenciones que el Real Madrid no hacía todo lo que estaba en su mano contra los aficionados radicales.

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Símbolos legales

Todos los grupos parlamentarios pidieron al club que tome medidas para impedir el acceso de ultras al Santiago Bernabéu. Pero los directivos blancos, Juan Antonio Samper y Manuel Fernández Trigo, se escudaron en la insuficiente normativa legal y en la falta de medios para prohibir el acceso de hinchas violentos al campo.Adolfo Luxán (IU) y el socialista Javier Ledesma pidieron explicaciones por el presunto apoyo que el Real Madrid daba a los ultra sur (financiación de viajes, regalo de entradas y utilización de locales del estadio como almacén de fetiches nazis y racistas). Samper y Fernández Trigo lo negaron y presumieron de las medidas de seguridad que desde hace años toma el club para evitar actos violentos dentro del estadio -"antes había 10 guardias de seguridad y ahora hay 800", explicaron-. Samper y Fernández Trigo elevaron el tono para proclamar que el fenómeno de la violencia urbana no tiene relación con el fútbol. Los directivos del Madrid revelaron que la Comisión Nacional Antiviolencia sólo había abierto ocho expedientes al club en los últimos tres años, en los que se han celebrado más de 200 partidos, por la presencia de simbología nazi y de botes de humo en el campo. Fernández Trigo reconoció que tienen contacto con los ultra sur para, de esa manera, informar a la policía de los movimientos de estos inchas y así prevenir males mayores.

"Si los conocen, expúlsenlos", rogó Ledesma. "Ustedes", remachó Luxán, "pueden controlar la violencia dentro del estadio, pero quizá no se dan cuenta de que están ayudando a la organización de esa violencia en la calle".

Replicó Fernández Trigo: "No podemos expulsarles porque no tenemos medios legales para ello. Además, el estadio tiene 60 puertas y cualquier persona puede comprar una entrada en taquilla. No hay medios humanos para controlar a 100.000 aficionados cada domingo. No busquemos ángeles para acudir a los campos de fútbol". Su compañero Samper le apoyó: "La violencia no es blanca, se viste de blanco y se oculta en la masa. Nosotros somos los más perjudicados".

El socialista Ledesma se refirió a ocho agresiones físicas a ciudadanos extranjeros por parte de jóvenes que en las diligencias policiales reconocieron su pertenencia a Ultra Sur y el Frente Atlético. Fernando Sánchez Lázaro (PP) salió en defensa del Real Madrid y aseguró que esos actos delictivos habían sido perpetrados por rapados sin ninguna relación con el fútbol. Los directivos blancos se sintieron ofendidos por la alusión de Ledesma y protestaron: "Esos episodios no tienen nada que ver con el fútbol y, por tanto, prescindimos de ellos".

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IU y PSOE recordaron otros episodios relacionados con Ochaita, el líder de los ultra sur, al que la policía detuvo con un tirachinas metálico y tres tuercas dentro del estadio, según la izquierda regional. Samper y Fernández Trigo contestaron que no podían tomar medidas contra Ochaita porque todavía no había sido condenado por el juez. "Incluso ha habido algún juez que ha condenado a la policía por expulsar a algún hincha violento de nuestro estadio", explicaron los directivos del Real Madrid.

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