José Luis Garci elige 'El abuelo', de Galdós, un canto al honor y a la tolerancia, para volver a TVE
Si Fernando Fernán-Gómez no hubiera aceptado interpretar el personaje de don Rodrigo de Arosta Potestad, conde de Albrit y señor de Jerusa y de Polán, el protagonista de la obra de Benito Pérez Galdós El abuelo, José Luis Garci jamás hubiera materializado una de sus más acariciadas aspiraciones: rodar una nueva versión de aquel famoso título galdosiano. Ayer, en el entorno boscoso de un viejo palacio de la Asturias rural, envueltos en un cálido sol de otoño, El abuelo, una producción de Nikel Odeón 2 para Televisión Española (TVE), consumó la tercera de 12 semanas previstas de rodaje.Fernando Fernán-Gómez, Cayetana Guillén Cuervo, Rafael Alonso, Agustín González, Cristina Cruz, Alicia Roza y Fernando Guillén encarnan los principales papeles de 'El abuelo, una producción de dos horas de duración que se proyectará en las salas de cine Televisión Española emitirá con posterioridad una versión en dos capítulos y con mayor metraje: 160 minutos.
"Si la película no queda bien, no tendré excusa", aseguraba ayer el cineasta José Luis Garci en un descanso del rodaje. "Llevaba mucho tiempo interesado en rodar El abuelo. Pretendo hacer una película interesante, sencilla, que llegue emocionalmente al público. Tengo una historia muy buena, que fue un éxito como libro y como obra teatral; un buen guión, un cuadro de actores maravillosos, un buen equipo, unos magníficos escenarios (Asturias) y un presupuesto importante: más de 400 millones de pesetas, más del doble del dinero del que yo había dispuesto hasta ahora, y que sin el apoyo de TVE jamás hubiera sido posible. Sólo pretendo hacer una gran película", sostuvo Garci.
El abuelo ya se llevó a la gran pantalla en cuatro o cinco ocasiones anteriores, dos de ellas en la época del cine mudo. Garci asegura que esta nueva versión pretende ser "un Galdós en estado puro", respetuoso "con el vigor narrativo y los personajes galdosianos". ¿Por qué una sexta versión cine matográfica? Garci afirma que ninguna de las cinco precedentes tuvo ocasión de rodarla él y que ésa es razón suficiente para que no haya querido renunciar a plasmar su propia adaptación de una obra que siempre le entusiasmó, por la eterna preocupación por el honor, el amor y la tolerancia. "Si se ha rodado tantas veces es precisamente porque, 100 años después, la obra conserva una gran capacidad cautivadora".
Pero nada de esto, hubiera sido posible sin Fernando Fernán-Gómez. El actor da vida al abuelo, el personaje central, un indiano ennoblecido que regresa de América viejo, casi ciego y arruinado, obsesionado por la herencia moral y empeñado en desentrañar el misterio cano que oculta la condición bastarda de una de sus nietas para determinar cuál de ambas ha de ser la que encarne la legitimidad dinástica de los Albrit. "Si me hubieran dado a elegir entre todos los actores, vivos o muertos, para interpretar al abuelo, yo hubiera elegido a Fernando Fernán-Gómez", aseguró Garci. "Sin él yo no hubiera rodado esta película".
"El personaje del abuelo requiere un actor con mucha experiencia", opina Fernando Fernán-Gómez. "No es un tipo lineal, sino complejo: un poco loco, de carácter enérgico y violento, pero al tiempo tierno y enamorado de sus nietas, y que reúne en su persona la condición de noble, viejo, borracho y ciego". La carga literaria del guión fue para Fernán-Gómez un aliciente decisivo para aceptar el papel: "Yo siempre he sido par tidario del cine literario, y ésa es precisamente la causa de mi predilección por el cine francés".
El abuelo es, según Garci, el "personaje decisivo", pero otros, cmo Lucrecia, la nuera (Cayetana Guillén Cuervo), las nietas (Cristina Cruz y Alicia Roza), don Pío (Rafael Alonso) o Senén (Agustín González) se reparten casi por igual el peso de la acción dramática. Cayetana define a Lucrecia como "una mujer moderna adelantada a su época, honesta, valiente y de una generosidad final que la redimirá de cualquier posible atributo, de rnaldad".
Con El abuelo son ya seis las producciones de Garci para cine y televisión rodadas en Asturias. "Aunque Galdós escribió la obra en Santander, la acción la sitúa en una pequeña villa del norte de España que no precisa. Yo he elegido Asturias porque siempre ha sido para mí un buen talismán. Pero además he venido buscando la luz de Asturias, que es una luz muy tamizada y tenue, que permite rodar una gama de colores suaves".
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