De noche
LA REUNIÓN nocturna entre Netanyahu y Arafat refleja, ante todo, que Estados Unidos ha recuperado la iniciativa y la capacidad de presión sobre ambas partes. LO cual es importante. Llegados a una situación en que no había desde hace meses ni proceso, ni desde luego paz, Estados Unidos era el único factor para reanudar las negociaciones. Ahora bien, la conclusión de éstas sigue estando tan abierta como antes de la reunión nocturna.Al menos, han vuelto y volverán a encontrarse en una mesa de negociaciones. Delegaciones de ambas partes han de reunirse a partir del día 27 en Washington para tratar las cuestiones más espinosas -Jerusalén, los asentamientos judíos y la forma política de Palestina-, mientras ocho comisiones tratarán sobre temas que no por más concretos resultan más fáciles de resolver. Más que empezar, lo que parece querer Netanyahu es terminar. Por eso pone por delante la negociación rápida del estatuto final de Palestina, un estatuto, en versión de Netanyahu, disminuido funcional y territorialmente.
En Erez se han cruzado dos líderes debilitados. Netanyaliu ha perdido credibilidad interna y externa tras una serie de fracasos como el fallido e inmoral atentado de sus servicios secretos contra un líder de Hamás en Jordania 48 horas después de que partiera de Ha más una "oferta de diálogo" que ayer reveló el rey Hussein de Jordania. Con el triunfal regreso a Gaza, facilitado por Israel como reparación de su acto criminal, del jeque Yasín, fundador y líder espiri tual del movimiento integrista palestino, Hamás ha logrado recuperar la iniciativa -ofreciendo un poco creíble alto el fuego- y reforzar su presencia entre los palestinos, algo que intentaban evitar tanto Netanyahu. como el propio Arafat. En tal coincidencia en el aprieto, Netanyahu, y Arafat podrían concluir que ambos necesitan avanzar en las próximas negociaciones. Al menos, cabe desearlo.
