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El fiscal pide cinco años de cárcel para el decano de los arquitectos madrileños por estafa

El decano del colegio de Arquitectos de Madrid, Luis Gregorio del Rey Pérez, se enfrenta a una petición fiscal de cinco años y medio de cárcel por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida y alzamiento de bienes derivados de su participación en Trecomp. Esta empresa, según a acusación del fiscal, se creó para defraudar a la multinacional Bose donde trabajaban los socios de Del Rey en Trecomp. Del Rey asegura que figuraba en el procedimiento como acusador, y no como acusado, arguye que no ha podido defenderse y advierte que recurrirá al Constitucional.

Los hechos se remontan a 1986. La multinacional Bose, que comercializa equipos de alta fidelidad, había creado seis años antes su filial española y puesto al frente de ella como consejero delegado, con plenos poderes, a Vicente Sempere Martínez, el principal acusado, para quien el fiscal solicita 15 años de prisión. Sempere, junto al tesorero, Juan José Martínez Plaza, y al encargado del control financiero de la entidad, Jorge Pérez-Fadón Martínez (con petición fiscal de siete años y medio cada uno), realizó ventas ficticias de equipos y cobraron comisiones de casi 20 millones de pesetas, además de otras actividades con el supuesto fin de descapitalizar a Bose.Entre esas actividades, la de mayor importancia consistió en la construcción de un edificio para la empresa Bose en la avenida de Aragón (ahora calle de Alcalá). Para levantar el inmueble, Sempere, en representación de Bose, adquiere en mayo de 1987 por 80 millones de pesetas tres parcelas. Casi un año después, vende los terrenos a Trecomp, empresa en la que Del Rey participa con un 15%, el mismo porcentaje que los tres empleados de Bose implicados y otros dos arquitectos (para los que el fiscal pide la rnisma pena que para Del Rey).

El "grupo de los arquitectos", así les denomina el fiscal, controlaba el 49% de la empresa frente al 51% del grupo de Sempere. Pues bien, Trecomp (con sólo un millón de capital social) adquiere los terrenos por 115 millones, pero Bose nunca llegó a cobrar. Un año antes de formalizar la presunta compra de los terrenos, Trecomp consiguió un crédito de 100 millones de la Caja Postal. Para conseguir el préstamo, utilizó el aval de Bose, conseguido por Sempere mediante engaño a sus superiores, según el fiscal.

Los solicitantes del préstamo argumentaron que el dinero se destinaría a construir un edificio en los terrenos de Bose. Tras comprar el solar, obtuvieron otros 400 millones de la Caja Postal, nuevamente, con una carta aval de Bose.

Pretendían ir amortizando ese crédito (y otros que fueron pidiendo, para ése y otros fines, hasta llegar a un total de 1.193 millones) con el alquiler a Bose del edificio. Y empezaron a cobrar el arrendamiento antes de que la empresa se estableciese allí. La compañía de alta fidelidad llegó a pagar, según considera acreditado el fiscal, 67 millones por ese concepto. En 1989, advertida la empresa matriz de Bose de las, irregularidades supuestamente cometidas, Trecomp acuerda en contrato privado la venta de la propia compañía o el edificio (su único bien) a la Corporación Financiera Abbey por 1.500 millones. El fiscal añade que en el balance de Trecomp figuraba "un precio mucho más reducido": 522 millones.Pese a que el fiscal considera que Sempere "en todo momento actuó con el conocimiento, consentimiento y acuerdo de los demás acusados", Del Rey asegura que él y los otros arquitectos se limitaron "a proyectar el edificio". El decano explica que él figuraba como parte querellante hasta que el fiscal le convirtió en acusado. Y que de ese extremo se enteró a raíz de un artículo publicado en el diario Cinco Días, en el que se le citaba como implicado. Su abogado, Jaime Gil-Robles, recuerda que la querella de Bose se dirigía en un principio contra sus empleados y los arquitectos, pero luego Bose desistió de acusar a estos últimos y a Caja Postal y Abbey.Liquidar deudas

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El letrado de Bose, José María Stampa Casas, indica que se llegó a un acuerdo con las financieras para liquidar las deudas que se habían endosado a Bose y en ese acuerdo se incluyó la retirada de las querellas contra las financieras y los arquitectos. Stampa Casas. no recuerda los términos exactos del acuerdo (ocurrió en 1990) que determinaron el desistimiento en la querella contra Del Rey. "No teníamos nada contra los arquitectos, sino contra la empresa Trecomp, de la que formaban parte", explica este abogado, "pero en mi fuero interno siempre pensé. que el fiscal no iba a tragar y que implicaría a los arquitectos".El letrado de Del Rey sostiene, por su parte, que, habiendo desistido Bose de su acusación contra sus representados (acto que no fue recurrido por el fiscal) y dado que este último no actuó en ningún momento contra ellos, no procede considerarles ahora como acusados. Además, asegura que el propio juzgado 23 de instrucción, que investiga el caso, estableció en un auto del 15, de febrero de 1996 la condición de acusadores de sus clientes. El fiscal pide que los "nuevos acusados" hagan un escrito de defensa, pero Gil-Robles discrepa y advierte que, si triunfa la tesis del ministerio público, pedirá el amparo del Tribunal Constitucional.

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