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El puño de hierro del Festina

Laurent Dufaux era un corredor más hasta la pasada Vuelta. Un suizo que destacaba, ma non troppo, escalando, con grandes lagunas contrarreloj y altos y bajos que le hacían, no apto para una carrera de tres semanas. Pero entonces terminó segundo, completando un podio enteramente suizo con Zülle y Rominger, y se transformó. La clave estuvo en su perfecta asimilación del estilo Festina (Lotus, en la Vuelta), un equipo, que como la ONCE hizo del trabajo colectivo y del ataque su seña de identidad. Y por eso se le puede llamar favorito, porque representa la fuerza individual, el puño de hierro, de un equipo grande.Pero también por ello habría que ponerle una equis de incógnita al lado de su nombre. El Festina del Tour, los devotos de Virenque, mostraron igual cantidad de fuerza, mucha, y de presencia de espíritu, muchísima, que de caos táctico.

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