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El 'espíritu Ryder' salta por los aires

Miguel Ángel Martín critica a Ballesteros y estudia recurrir a los tribunales su exclusión

Carlos Arribas

Una de las pocas cosas seguras que había en la vida era que el jugador que lograba los puntos suficientes formaría parte del equipo de la Ryder Cup. Los escépticos sobre la infabilidad de nada tienen desde esta semana otro argumento a su favor. Miguel Angel Martín, un golfista onubense de 35 años, ha logrado clasificarse y, sin embargo,no podrá jugar. Todo el encomiado espíritu Ryder, un reglamento sin leyes escritas, sólo el diálogo como medio para solucionar las disputas, saltó por los aires en apenas dos días de septiembre.En el centro del terremoto, nombres españoles:, Severiano Ballesteros y Miguel Angel Martín. Uno, el capitán del equipo europeo, que permitió que el comité de la Ryder tomara la decisión, sin precedentes e indigna, de excluir de su formación a un jugador que se había ganado la selección a lo largo de un año. Otro, el jugador onubense, la víctima del proceso.

"Como capitán, Seve es el máximo responsable". Martín acusa directamente. "A Ballesteros le interesaba que yo me quitara del medio para poder elegir a Faldo y Parnevik. Si Olazábal hubiera sido 12º nada habría pasado".

Ballesteros, al enterarse, en Suiza, respondió de inmediato."No tomé parte en ninguna deliberación sobre la exclusión", afirmó, según informa Reuter. Sin embargo, la declaración oficial del comité señalaba que la decisión se había tomado después de consultas entre el propio comité y el capitán. "Schofield [director ejecutivo de la PGA] me llamó el martes y me dijo cuál había sido la decisión", añadió el cántabro. "Yo únicamente dije al comité: 'quiero que toméis la mejor decisión para que yo pueda contar con los 12 mejores jugadores frente a Estados Unidos'. Y no me siento culpable. Yo fui el primero en pedir más tiempo para que Miguel demostrara que estaba bien". Ballesteros anunciará hoy sus dos elecciones para completar el equipo de 12 que a partir del día 26 se enfrentará a Estados Unidos en Valderráma (Cádiz).

Todo comenzó el domingo.Había llegado el momento en que Ballesteros debía anunciar la composición del equipo europeo, formado por los 10, primeros en la clasificación -Montgomerie, Clarke, Langer, Woosnam, Johansson, Westwood, Garrido, Bjorn, Rocca y Martín- y por dos elecciones personales, que previsiblemente deberían salir del trío Faldo, Parnevik, Olazábal. Pero, inesperadamente, Ballesteros pide cuatro días más para anunciarlo. La razón es que, inesperadamente, Martín sigue entre los 10 primeros, nadie ha podido desbancarle pese a que no juega desde julio por una lesión en su muñeca izquierda que se operó en agosto. Si Ballesteros, el jugador que más ha hecho por el equipo europeo en la historia de la Ryder, elegía a Faldo y Parnevik, corría el riesgo de que Martín no renunciara a su puesto y Olazábal, undécimo en la lista, se quedara fuera del equipo. Y eso habría sido inadmisible. Y si hubiera elegido a Olazábal y Faldo, por ejemplo, y Martín hubiera renunciado, después no podría haber incluido al sueco Parnevik, que no tiene puntos al no jugar el circuito europeo, sino al 12º el irlandés inexperto Harrington, con lo que el equipo se le habría quedado cojo. Ahora, Olazábal es oficialmente 10º y, por lo tanto, entra automáticamente en el equipo.Esas cuentas las respeta todo el mundo, pero no la forma de excluir a Martín. "Para no concederme más plazo, Ballesteros me dice que no hay tiempo porque tienen que preparar los trofeos, las bolsas con los .nombres y otras cosas. Y eso me parece una estupidez".

Ballesteros y el comité de la Ryder, formado, entre otros, por Ken Schofield, de la PGA, y Emina Villacieros, presidenta de la federación española y también objetivo de la ira de Martín -"le echaría por encima toda la tierra que pudiera"-, consideran que Martín no estará competitivo para el torneo y le solicitan que se retire. "Hablé con Ballesteros el domingo y me dijo que qué pensaba hacer", cuenta Martín. "Le respondí que esperaba hasta el último momento para decidir y él me dijo que de eso nada. Schofield me añadió que el derecho era del comité y que me podía excluir del equipo que podía buscarme abogados si quería" . Martín simplemente pedía lo días de margen para comprobar cómo evolucionaba su lesión. Pero no se los concedieron. El lunes recibió dos faxes de Schofield. En uno, firmado también en nombre. de Ballesteros, le decía: "(...) comprenderás la obligación de ceder tu puesto en esta ocasión y que permitirás que juegue en el Equipo un colega que" está al cien por cien de forma". En el segundo le convocaba a un examen de 18 hoyos en Valderrama para mostrar que su golf era bueno. Martín se niega. En su contestador, un mensaje: "Soy la secretaria de Ken Schofield. Hemos enviado a tus abogados un comunicado excluyéndote de la Ryder. A tí te lo enviaremos mañana". Aún no lo ha recibido. Siguiendo el consejo de Schofield, ha puesto el asunto en manos de sus abogados, que estudian acudir a los tribunales para impugnar la decisión.

Apoyo de Garrido

Schofield y el comité se amparan en que los propios jugadores clasificados le pidieron que. arreglara el asunto Martín, pero el propio jugador recibió el martes las llamadas de apoyo de Olazábal e Ignacio Garrido, los dos españoles del equipo. Garrido, incluso, declaró a Reuter: "Pienso que es la decisión más injusta de la historia del golf y que esto no terminará aquí. Los abogados podrían paralizar fa Ryeler Cup".

Para los observadores el asunto es absurdo por lo mal que se ha llevado. "Si en vez de hacerse todo mediante faxes y llamadas telefónicas, Ballesteros y quien sea hubieran visitado a Martín y hablado con él, no habría habido problema", dice uno. Pero eso son usos de antaño, de cuando en el golf todo se resolvía dialogando.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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