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Tribuna
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Una Liga con trama

Luis Gómez

Si algo explica la inagotable popularidad del fútbol español es su ritmo narrativo. Apenas existen pausas, al estilo de las mejores fórmulas de un autentico best seller. Recién establecidos por la convulsión de una convocatoria de huelga que se disolvió dos días después se sucede la conmoción por el fichaje a futuro de Denilson en cifras que empequeñecen la accidentada compra de Ronaldo por el Inter. Sin solución de continuidad, hoy el campeonato se pone en marcha con uno de esos duelos que sirven de referencia para marcar jerarquías. Es el Madrid-Atlético, de cuyo resultado alguien tendrá que dar explicaciones el mismo domingo. Veremos a Juninho estrenarse en el Bernabéu, es cierto; habrá hora y media de juego con balón para discernir entre la magia del brasileño, la ambición de Raúl o el poder disuasorio que sobre el césped disponga Mijatovic o Vieri. 0, si acaso, un pelotazo de Roberto Carlos. Pero el derby no es más que una escena.La trama está bien tejida. Tanto que el Gobierno habla de fútbol (hace leyes), los intelectuales se lanzan al debate (dicen entender, pero no entienden de juego; les atraen los personajes y el mensaje: se abrazan a quienes proclaman la libertad) y el ciudadano adapta sus costumbres al calendario balompédico: el mes no se divide en semanas sino en jornadas. Arranca hoy la temporada: es el fin de las vacaciones.

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¿Dónde queda el fútbol a todo esto? Es el hilo argumental, el que permite cohabitar a Rivaldo con Lendoiro, a Lopera con Denilson. Desde hace algún tiempo a Cascos también. ¿Regulará el Gobierno el mercado de fichajes si acaso no conviene a sus intereses?

Si se habla poco de fútbol es por culpa de quienes hablan de fútbol. Porque el debate es pobre comparado con la diversidad de personajes que puebla el escenario. Hay un mensaje peligroso e inquisitorial: sólo se entiende el juego si responde a un solo estilo; si alguien usa el contraataque, le llaman cobarde. No habría vanguardias en el arte si debieran necesitar el placet de ciertos críticos deportivos. Ante la duda, se critica a Clemente.

Es interesante ver cómo Heynckes y Antic mueven hoy sus piezas. Debe aceptarse que tomen precauciones, entender que forma parte de la esencia del juego. Hay una trama fuera del fútbol, un estilo narrativo sin pausa; es la clave de su éxito. Pero también lo hay con el balón en juego. Una trama presidida por un enigma: el resultado.

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