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Expertos de la ONU corrigen optimismos sobre el hambre en gran parte de África

MIGUEL BAYÓN Expertos de la ONU han alertado de que ni siquiera los problemas más elementales se han resuelto en el cuerno de África, y que al menos 13 países africanos sufren continuas emergencias de hambre.

Más de 200 millones de personas en el África subsahariana -es decir, el 40% de la población- sufre desnutrición crónica y, según Abdur Rashid, jefe del sistema de Información y de Emergencias de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cree que se puede entrar en el siglo XXI "con 265 millones de desnutridos crónicos".

Rashid es pesimista: "Si no hay excepcionales aportaciones en la ayuda alimentaria, puede aumentar el número de países africanos cuya población no sea capaz de encontrar, comida".

Los países hoy más afectados por crisis alimentarias son Etiopía, Eritrea, Somalia, Sudán, Kenya, Liberia, Sierra Leona, Burundi y Zaire.

Etiopía, hoy en paz, arrostra enormes dificultades económicas. Casi la mitad de sus 60 millones de habitantes sobreviven bajo el umbral de la pobreza, y la renta per capita es de 110 dólares (unas 15.000 pesetas). A mediados de los años 80, según datos del Programa Mundial de la ONU (WFP) murió de hambre un millón de etíopes.

Sudán -desangrado durante décadas en una guerra norte-sur, hoy agravada por la intransigencia de un Gobierno que quiere aplicar la ley islámica al mediodía del país, poblado por animistas y cristianos- enfrenta una situación desesperada. Sudán, el Estado más extenso de África, exporta refugiados a los países limítrofes, en especial a Etiopía, Kenya y Uganda.

La naturaleza tampoco colabora en la zona a la esperanza. Una de las más severas sequías de épocas recientes se ha apoderado de los campos. En Kenya, cuya climatología permite en ciertas áreas tres cosechas anuales, se ha llegado a la declaración oficial de desastre para la región noreste, fronteriza con Somalia, para la que se ha solicitado ayuda internacional. La mitad de Kenya, Eritrea, Etiopía, Sudán y Uganda han recibido menos de 400 milímetros de lluvia el pasado año.

Incluso Uganda, que ahora pasa por ser un buen aliado de la nueva estrategia de Estados Unidos en África, afronta una situación difícil. Es el tercer país del mundo en mortalidad infantil -el sida sigue haciendo estragos, pese a la buena disposición del Gobierno de colaborar con la OMS-, y según datos de la ONG Oxfam Internacional la deuda externa ugandesa aumenta al año en unos 15.000 millones de pesetas, es decir seis veces más que el presupuesto para sanidad. Se especulaba con que el Banco Mundial condonaría en breve parte de la deuda, pero al parecer discrepancias en la dirección de esa decisiva entidad financiera pueden dar al traste con la iniciativa.

El hambre en Etiopía suscitó en los años 80 el gran auge de la ayuda humanitaria. Diez años después, Somalía fue protagonista por lo mismo. Ruanda, Burundi y Zaire coparon después el parco espacio informativo para África en Occidente

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