Adolphus 'Doc' Cheatham, trompetista de jazz
Adolphus Doc Cheatham, un trompetista elegante y mítico, cuya carrera floreció cuando tenía 70 años para convertirse en una de las más célebres estrellas del jazz, falleció el pasado domingo en un centro hospitalario de Washington. Vivía en Nueva York, y el próximo 13 de junio habría cumplido 92 años. Músico infatigable, el pasado fin de semana estuvo actuando en el club Blues Alley de Washington.Durante la mayor parte de su carrera, Cheatham fue un soldado en las trincheras del jazz. Fue un segundón valioso y disciplinado en las grandes orquestas de los años veinte. Cuando éstas empezaron a desaparecer a finales de los cuarenta, se convirtió en uno de los pilares de las orquestas latinas.
Sin embargo, algo raro en un músico, a finales de los años sesenta surgió como un improvisador brillante y un magnífico líder de pequeños grupos de gran calidad. En poco tiempo se convirtió en un artista aplaudido no sólo en pequeños clubes, sino en grandes escenarios y en festivales de todo el mundo. Además, sus apariciones no eran un ejercicio de nostalgia. Su tono era todavía puro; sus improvisaciones, brillantes, y su alto registro, todavía sorprendente, incluso cuando se aproximaba a los 90 años.
Cheatham inició su carrera en los años veinte en la banda del Bijou Theater de Nashville. Allí tuvo la oportunidad de tocar para las grandes cantantes de blues como Bessie, Mamie y Clara Smith y Ethel Waters. De allí marchó a Chicago, donde conoció a Louis Armstrong y actuó en algunas de las orquestas que proliferaban en esa ciudad. En 1927 se trasladó a Filadelfia, y el año siguiente, a Nueva York, donde actuó con orquestas como las de Chick Webb, Sam Woo ding -con el que estuvo tres años en Europa-, Cab Calloway, Teddy Wilson y Benny Car ter. Con el declive de las big bands, Cheatham pasó dos décadas como primer trompeta en orquestas afrocubanas como la de Pérez Prado y la de Machito, sin abandonar totalmente los pequeños grupos de jazz.
El comienzo de su fama se situa a finales de los sesenta con su incorporación al quinteto de Benny Goodman, donde se reveló como un maravilloso improvisador. Después creó su propia orquesta, con la que actuó en el festival de Niza en 1974. A partir de los años ochenta, cuando él contaba más de 70, ya se le consideraba una de las grandes figuras del jazz y uno de los fijos en los clubes de Greenwich Village, en los festivales JVC y en los programas del Carnegie Hall. Además empezaron a aparecer con regularidad discos suyos, como The 87 years of Doc Cheatham y Doc Cheatham and Nicholas Payton.-
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