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GENTE

MEMORIAS SIN ROSTRO

Markus Wolf, el famoso hombre sin rostro que durante más de treinta años dirigió, desde el frío, los servicios de espionaje de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), presentó ayer en Berlín un libro de memorias que antes de su aparición ya ha desencadenado un escándalo considerable en Alemania. Se acusa a las memorias de Wolf, de 74 años, de aspecto de sólido burgués, que parece de hielo y apenas se altera, de aportar pocas cosas nuevas y reducir se a un intento de lavar su res: ponsabilidad, ganar unos millones con el escándalo y hundir en el lodo la imagen de uno de los iconos de la socialdemocracia (SPD) alemana de la posguerra, el fallecido jefe del grupo parlamentario y figura clave del SPD Herbert Wehner. Las memorias de Wolf sacan a relucir una rocambolesca historia relacionada con el caso Guillaume, a quien le correspondió la función histórica de provocar la dimisión del canciller Willy Brandt. Entre los documentos logrados por Gunter Guillaume figuraban unos de la OTAN catalogados con el grado de cósmico, el nivel más alto de secreto, que el espía a las órdenes de Wolf había conseguido fotografiar durante las vacaciones junto a la familia Brandt en Noruega. Según Wolf, nunca llegaron los documentos a su destino, al otro lado del muro. Una agente llamada Anita, en cargada del llevar el valioso correo, se vio obligada a tirarlos al Rin porque advirtió que la se guían.-

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