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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Intolerable

ES DIFÍCIL encontrar calificativos para los hechos que vienen sucediéndose en los últimos días en Francia en el marco de la campaña vandálica contra los productos hortofrutícolas españoles. Agricultores franceses asaltan y queman camiones, agreden a los conductores, asaltan almacenes y amenazan a los comerciantes de productos españoles en absoluta impunidad y ante la mirada pasiva, cuando no complaciente, de la policía gala.La ministra española de Agricultura, Loyola de Palacio, dijo ayer que el Gobierno francés se había comprometido a actuar con firmeza contra estos actos. Esperemos que este compromiso sea algo más firme que el otorgado por Chirac al presidente del Gobierno español: horas después de decir que estaba "desolado" por el vandalismo y que hechos así no volverían a ocurrir, más de cuatrocientos campesinos asaltaban en Brignoles un almacén y destruían los productos no franceses que encontraron. Resulta que en España teníamos perfecto conocimiento de que se iba a producir este atentado, y se denunciaron sus preparativos con horas de antelación; pero, al parecer, la Gendarmería francesa no contaba con esta información, puesto que los 400 vándalos, actuaron sin cortapisa alguna y con gran cobertura informativa.

Más información
Vandálico asalto a un almacen español en Francia pese a las promesas de Chirac

Es sencillamente intolerable lo que está pasando, y que se viene repitiendo desde hace ya muchos años. Sólo medidas inmediatas y efectivas para acabar con estos hechos y detener y poner a disposición judicial a los implicados y a los responsables de las asociaciones agrarias francesas que organizan y jalean este terrorismo contra la competencia en el mercado único pueden paliar la sospecha de que el Gobierno francés está tolerando estos delitos. Que, ante tales atropellos, al. ministro francés de Agricultura, Phillipe Vasseur, sólo se le ocurra reclamar mayores controles de calidad a los productos importados es sólo una vergüenza más para nuestro país vecino.

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