Cautelosa bienvenida de EE UU al nuevo líder
Dejando de lado por el momento los numerosos interrogantes que plantea la nueva situación, EE UU da una cautelosa bienvenida a Laurent Kabila y subraya la urgencia de democratizar el país y de convocar elecciones, una de las antiguas promesas del líder rebelde que, sin embargo, no ha repetido en sus últimas declaraciones. El Departamento de Estado celebró el sábado que la transición de poder estuviera llevándose a cabo "con mínimos desórdenes", y lanzó un llamamiento "a los nuevos dirigentes para que establezcan un Gobierno integrador de transición que lleve a las elecciones y que garantice el pleno respeto a los derechos humanos en todo el país".En el mensaje de respaldo a las nuevas autoridades se incluye el comienzo del repliegue de las tropas situadas en la vecina Brazzaville, que estaban preparadas para una evacuación de emergencia si se hubiera desencadenado un baño de sangre entre la salida de Mobutu y la llegada de las fuerzas de Kabila. Los marines, de todas formas, no abandonarán sus posiciones frente a las costas del país. EE UU tampoco evacuará a las 25 personas que mantiene en su Embajada en Kinshasa.
Aun así, Washington está inquieto por el futuro. El nuevo nombre de República Democrática del Congo y sus connotaciones es un elemento de intranquilidad, así como las intenciones reales de Kabila. EE UU le ha prometido ayuda económica y logística para organizar las elecciones, pero no hay garantías de que, una vez en el poder, Kabila tenga prisa por convocarlas, sobre todo si considera prioritaria la eliminación completa de las estructuras y las personas ligadas al régimen mobutista.
En la estrategia norteamericana -sólo en la última fase del conflicto zaireño retiró su respaldo a Mobutu- se confía en que la nueva situación tenga efectos positivos en Uganda y en Angola, porque el líder rebelde Jonas Savimbi -otro antiguo aliado de Washington al que el final de la guerra fría dejó sin utilidad- recibía ayuda de Mobutu.
