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Tribuna
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Terreno abonado

La sorpresa. Como era de esperar la lucha en la zona ancha no dio lugar a ningún virtuosismo. Clemente sorprendió a todos y mezcló el trabajo con el talento. Guardiola, Alfonso, Kiko, que no contaban con muchas opciones en las apuestas, estuvieron en la salida. También como era de esperar fueron los primeros en abandonar el campo para defender el resultado. Aparecieron las reminiscenias de Clemente.La fortuna. Los yugoslavos prescindieron en ocasiones de su centro del campo. Los envíos en largo desde la defensa en la primera mitad, buscando a Mijatovic, no hicieron más que favorecer a España. Sin demasiada continuidad en su juego crearon algunas ocasiones claras, sobre todo el montenegrino y Mijailovic, que gracias a Zubi unas, y a la fortuna otras, no entraron.

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Encerrado. Ofensivamente España no existió durante todo el partido. En el segundo periodo estuvo a merced del equipo yugoslavo. Se vislumbró cierta recuperación con la salida de Luis Enrique y algunas penetraciones de Sergi, pero acabó pronto. El acoso sobre Zubizarreta terminó por dar sus frutos y Mijatovic encontró a cinco minutos del final lo que tanto suele buscar. España acabó defendiendo dentro de su área pequeña.

Los penaltis. El árbitro noruego no dudó y le echó valor al señalar el claro penalti sobre Kiko. Ni siquiera se puede hablar de ocasión clara la que sirvió a España para conseguir su gol. Afortunadamente convirtió en libre indirecto un claro empujón de Nadal a Savicevic dentro del área. Aguantó el tipo.

Lo importante. Justo o no este punto acerca a España al Mundial de Francia. Con el tiempo nadie se acordará cómo se jugó. Estarán de acuerdo que lo importante en estas circunstancias es el resultado. El pequeño Maracaná se ha convertido en terreno abonado para la selección española. Clemente continúa su marcha triunfal. Y felicidades a Hierro por su partido número 50, con gol incluido.

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