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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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En defensa de los animales

Este domingo, el Defensor del Lector va a serlo también de los animales. Una carta de tres jóvenes lectores de Madrid -Blanca Hurtado, Encarna Coll y Rafael Huftado- pidiendo que EL PAIS no contribuya a fomentar la adquisición de determinadas especies como animales de compañía le ha animado a escribir sobre este asunto, en el convencimiento de no contravenir con ello ni la letra ni el espíritu del estatuto que regula sus funciones.El motivo que ha inducido a estos lectores a sugerir al Defensor del Lector este tema ha sido un artículo aparecido en la edición semanal de EL PAIS sobre la costumbre social de comprar para sí o como regalo animales de compañía, como iguanas, ardillas coreanas y tortugas de Florida, entre otras especies. La primera observación que hacen estos lectores es que esas especies "son animales en ningún caso apropiados para mantener en cautividad". Pero, además del sufrimiento, el estrés y la tensión que esa retención en el ámbito doméstico produce en los animales, también señalan el riesgo de favorecer el comercio internacional de especies, en muchas ocasiones ilegal. "Para poder comprar uno de estos ejemplares", subrayan, "otros muchos han sido capturados en su hábitat natural, muriendo la mayoría de ellos en el camino hasta sus destinos. Los pocos que llegan no son tampoco afortunados, porque les espera un trágico final, situación ésta que también se da aunque los animales sean de criadero".

El Defensor del Lector sintoniza con el sentir de estos jóvenes. Los medios de comunicación y, desde luego, "un medio tan serio y solvente como EL PAÍS", según señalan- en su carta, deben extremar su cautela informativa ante modas más o menos excéntricas que, se quiera o no, pueden contribuir a fomentar el tráfico ilegal de especies y que comportan indudables riesgos para la salud e incluso la vida de las personas. No hay que olvidar que, a pesar de los esfuerzos de los distintos Gobiernos, el tráfico ¡legal de especies protegidas es gigantesco; se estima que constituye el tercer tráfico criminal, tras las drogas y las armas, con cifras que alcanzan los 800.000 millones de pesetas al año. España no queda ni mucho menos al margen de esta actividad: se calcula que un 30% aproximadamente de ese comercio se realiza en nuestro país.

La autora del artículo objeto de la sugerencia de los lectores, Aurora Siguero, cree conveniente recordar, sin embargo, que "algunas especies han salido de sus países de origen, estemos de acuerdo o no, con las bendiciones de sus respectivos Gobiernos". "Tampoco puede obviarse", dice, "que hay otros casos, como los animales criados en cautividad, que son incapaces de echar en falta una libertad que no han conocido ni sus tatarabuelos porque, entre otras cosas, no sabrían hacer uso de ella, ni para alimentarse ni para eludir peligros. Su cría es necesaria porque gracias a ella se puede evitar la extinción de sus hermanos salvajes. Otro asunto muy distinto es la gente que por modas, y, sobre todo, desconocimiento y falta de leyes, tiene en sus casas animales peligrosos (serpientes, tarántulas, escorpiones ... ), que ponen en peligro su vida, la de sus familiares y, en general, la de su entorno. Pero ésa es otra historia".

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Miguel Delibes, ex director de la Estación Biológica de Doñana y profesor de investigación, es contrario, en principio, a que "animales capturados en la naturaleza sean comercializados como mascotas o animales de compañía". Sin embargo, constata que se están instalando, cada vez con mayor frecuencia, "granjas" de animales silvestres capaces de proporcionar al mercado ejemplares nacidos en cautividad. "En mi opinión", subraya, "ello no se diferenciaría mucho del inicio de un proceso de domesticación (no olvidemos que los animales domésticos de hoy lo fueron hace miles de años; tal vez ha llegado el momento de domesticar otros animales y cultivar otras plantas), y deberíamos verlos con simpatía. Algunas de estas granjas de animales silvestres, cuyo objetivo, por regla general, no se limita a producir animales de companía, sino también proteínas animales o pieles, son vistas en los países en desarrollo como fórmulas recomendables para sacar provecho de los recursos naturales (en este caso, la fauna) sin destruirlos. En definitiva, resulta difícil generalizar, pues habría que conocer el origen de los animales y su capacidad para adaptarse a la cautividad antes de recomendar su adquisición o, por el contrario, lamentarla".

Para Carlos Vallecido, director de comunicación de WWF/Adena, al que el Defensor del Lector ha solicitado también una opinión solvente, 11 el ciudadano consciente (Y, por supuesto, los medios de comunicación) debe ser especialmente vigilante e ir más allá de la estricta legalidad, dada la dimensión extraordinaria del problema, las confusiones y las dudas, absteniéndose de participar en este atroz círculo de muerte y sufrimiento que se cierne sobre unas 2.300 especies anirnales". A su juicio, la mayor parte de los amantes de los animales tendrán mucha más satisfacción en adquirir un animal doméstico clásico (perros, gatos), adaptados a vivir y comunicarse con el hombre, de necesidades conocidas y de los que las clínicas veterinarias tienen amplia experiencia". "Por todo ello", concluye, "no consideramos recomendable que los medios de comunicación estimulen una moda que comporta elevados riesgos y sufrimientos".

El 20% de Le Pen

Ni siquiera por error procede inflar los resultados electorales de una fuerza política como la que representa Le Pen en Francia, que, de triunfar, podría dar al traste con la Europa unida y democrática e incluso poner en riesgo su convivencia. Se comprende, por ello, el enfado de Fréderic Borne, de París, ante el mapa publicado en la edición dominical de EL PAÍS de 6 de abril con el título La Francia que vota al Frente Nacional y en el que se atribuye al partido de Le Pen más del 20% de votos en la Alta Garoña, cuya capital es Toulouse. "El Sur-Oeste", señala-, "es una parte de Francia relativamente protegida (hasta la fecha) contra esta plaga. En la región Midi-Pyrénées no tiene representación en cinco de las ocho provincias. Toulouse, al igual que Nantes, es una de las pocas grandes ciudades en mantener al Frente Nacional en torno al10%". Tiene razón este lector. Los datos de EL PAíS no son correctos. Sólo queda lamentarlo y hacer propósito de enmienda.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonear al número 91 / 337 78 36

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