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SALAS

lonesco y un 'assasino' llevan el absurdo a Getafe

El imperio de la sinrazón se adueña esta noche de Getafe (143.000 habitantes). Coinciden en la sala Ático dos obras para mentes abiertas e iconoclastas, auténticos delirios teatrales en los que no merece la pena tomarse al pie de la letra ni una línea: La cantante calva, cumbre del ingenio del francés de origen rumano Eugène lonesco, y la disparatada Io non sono un assasino, de la compañía Juan Callate. La cantante... (1950) supuso el arranque del teatro del absurdo gracias a su diálogo inconexo. Símbolo del vacío y la incomunicación humana, la obra, para mayor perturbación, no incluye entre sus personajes ninguna cantante. La versión corre a cargo de Cal Teatro, de Alcázar de San Juan.

Io non sono... aborda el trascendental tema del "placer de pegar o arañar a la persona dormida", y la compañía se enorgullece de que haya un notable mensaje. He aquí la tesis: "El agua se mantiene fría dentro de los botijos porque son de barro".

La cantante calva,, a las 20.00, e Io non sono un assasino,, a las 23.00, en la sala Ático (Ciempozuelos, 23; Getafe). Precio: 900 pesetas cada una.

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