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El PSOE achaca las amenazas de Pujol sobre las elecciones a su temor a perderlas

Anabel Díez

Las advertencias de Jordi Pujol respecto a que en su mano está dejar caer al Gobierno popular se han interpretado por todos los partidos como un síntoma de los problemas a los que se enfrenta, por primera vez, para revalidar la mayoría en los próximos comicios autonómicos. El nombre de Pasqual Maragall, alcalde socialista de Barcelona y posible rival de Pujol a la presidencia de la Generalitat, sonó ayer entre los portavoces parlamentarios como origen del nerviosismo de Pujol. Además , el PSOE aludió a una cuestión concreta que separa a CIU del Gobierno: la financiación de la Sanidad.

Esta última causa para explicar las amenazas permanentes de Jordi Pujol sobre sus posibilidades de influir en el adelanto de las elecciones se escucha tan sólo en las filas socialistas, como ayer lo expresó a este periódico el portavoz parlamentario, Joaquín Almunia. "Jordi Pujol tiene en Madrid dos reivindicaciones básicas: cuestiones lingüísticas y el dinero", dijo.En opinión de Almunia, en estos momentos Pujol se muestra seriamente decepcionado porque está sin resolver la financiación de su Sanidad. La solución, según los cálculos socialistas, pasaría por la obtención de 200.000 millones de pesetas, si bien con una cantidad menor se acallaría la crítica de la Generalitat.

Además de esta razón los socialistas estiman que "la desazón e inquietud" de Pujol tiene que ver con la aparición en escena del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Los socialistas son todavía cautos, sobre todo porque dentro del partido aún no se ha resuelto si Maragall será o no candidato.

En el PSOE se recuerda que la última encuesta en Cataluña da a Maragall muy por encima de Pujol, aunque llama la atención que los consultados vean a Pujol con más capacidad para defender los intereses de esa comunidad y, a renglón seguido, ante la preferencia por uno u otro la mayoría se incline por Maragall, según una encuesta publicada por La Vanguardia.

Precisamente ayer, en Valencia, Maragall señaló que no cree que al presidente catalán "le convenga" adelantar las elecciones autonómicas, y que sobre la posibilidad de adelantar las elecciones generales, Pujol "cada día dice una cosa distinta". Sobre su posible candidatura a la Generalitat, dijo que es "una especulación que no tiene ninguna realidad detrás".

Por su parte, Iñaki Anasagasti, consideró que las palabras de Pujol suponen "un aviso a navegantes" aunque también añadió que el presidente catalán quiere que la candidatura se agote "porque eso es bueno para todos, incluso para él". Al portavoz del PNV le llama la atención la reiteración de las amenazas", aunque las entiende porque "en Cataluña se están moviendo las cosas".

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Con naturalidad acogió el coordinador general de IU, Julio Anguita, las advertencias de Pujol. "Amenaza porque tiene en sus manos el poder para hacerlo y los que formaron alianza con él sabían el riesgo que corrían".

Las respuestas del Ejecutivo y el PP correspondieron a. lo que debe figurar en cualquier manual de un Gobierno que no tiene mayoría. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, se limitó a decir que la estabilidad política del Gobierno es "muy amplia", como lo demuestran "los avales" que suponen el acuerdo sobre la reforma laboral, la evolución económica y el propio Plan de Estabilidad. Rato añadió que no le parecía "pertinente" comentar las declaraciones de Flujol sobre la posibilidad de mover el calendario electoral.

En la misma línea, el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes, insistió en que las relaciones entre CiU y su Gobierno son buenas. No encuentra razones para hacer interpretaciones negativas de las palabras de Pujol. "La vida política española atraviesa un momento dulce", dijo de Grandes.

Desde CIU, su portavoz Joaquim Molins aclaró que en las palabras de Pujol no ha habido amenaza alguna aunque el PP así lo haya interpretado. Molins lamentó que cuando "hay sobre la mesa más noticias positivas que negativas" se creen problemas a partir de "malas interpretaciones". El también diputado de CiU Josep Sánchez Llibre recordó que, aun" que "es un hecho" la posibilidad que tienen CiU de mover el calendario electoral, nunca han utilizado mal esa facultad.

Irritación por el acuerdo con el PNV

Además de la lentitud en resolver la financiación de la Sanidad y sus propios problemas para repetir la mayoría absoluta en la próxima cita electoral autonómica, desde el PSOE se apuntó ayer una tercera razón que habría contribuido al enfado de Jordi Pujol: la reunión que tuvo el presidente del Gobierno, José María Aznar, con el presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz el pasado lunes 24 de marzo.La impresión que se dio de que estos políticos salieron de Moncloa con un acuerdo muy beneficioso para la comunidad vasca, en relación con el Cupo y el Concierto Económico, habría terminado de enojar al presidente catalán, según afirman en el PSOE citando a sus contactos en la Generalitat.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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