Expedientados los cuatro maquinistas involucrados en los accidentes de Renfe
Los maquinistas de los trenes Intercity y Talgo de Renfe involucrados en los dos accidentes que causaron la muerte de 20 pasajeros el 31 de marzo en Navarra y el 1 de abril en Guadalajara no respetaron las señales. Mantuvieron las locomotoras en una velocidad inapropiada a su paso por las estaciones de Uharte-Arakil y Azuqueca, donde se produjeron los descarrilamientos. Éstas son las conclusiones a las que ha llegado Renfe en sendos informes que ayer remitió a los tribunales que investigan los casos. Los dos maquinistas y sus dos ayudantes han sido expedientados y suspendidos de empleo.
La seguridad de la circulación de Renfe está basada en maquinistas, señales y jefes de estación. Si los dos últimos no fallaron, según los informes periciales de la compañía, los responsables fueron los primeros. No respetaron la señalización que indicaba la obligatoriedad de pararse en el caso de Uharte-Arakil, y de reducir la velocidad para desviarse de la vía principal en el caso de Azuqueca.El director adjunto de Renfel Ramón Escribano, y el director (le Protección Civil y Seguridad de la compañía, Javier Moreno de Mesa, resumieron así ante la prensa las conclusiones de los informes que ayer entregaron a las dos jueces que instruyen las diligencias para delimitar las responsabilidades por la muerte de 18 pasajeros en Uharte-Arakil y 2 en Azuqueca de Henares, en sendos descarrilamientos con apenas un intervalo de nueve horas.
Renfe ha sometido a expedientes disciplinarios a Jesús Ortega del Rey, maquinista del Intercity, y su ayudante, Luis Ahijado Sánchez, así como a Juan José García Fernández, conductor del Talgo, y su ayudante, Miguel Angel Marivetto Espejo. Los expedientes llevan aparejados la suspensión cautelar de empleo y podrían acompañarse de sanciones, en función de los pronunciamientos judiciales.
Según los portavoces de la compañía, los cuatro maquinistas expedientados disponen de un buen historial, salvo el del accidente de Uharte, sancionado hace un año por rebasar una señal en rojo, sin ninguna otra incidencia destacable. José García Fernández se encuentra hospitalizado, mientras el resto, a los que Renfe ha ofrecido asistencia psiquiátrica, permanece "en situación de baja laboral".
En el detalle que la compañía hace de los accidentes, se asegura que las instalaciones de UharteArakil y el estado de la locomotora cumplían todas las normas de circulación. La estación de Miranda de Ebro comunicó a la de Uharte, con 10 minutos de adelanto, el cambio de plan del viaje para que el Intercity se detuviese allí en lugar de hacerlo en su parada habitual de Etxarri-Aranatz.
Fallos
La víspera del accidente, bombas incendiarias lanzadas por manifestantes contra esta estación dejaron fuera de servicio el cambio de agujas. Todavía siguen fuera de servicio y se ignora cuándo volverán a ser operativas, según el director adjunto de Renfe. Las señales anteriores a Uharte funcionaron, según las comprobaciones. Sin embargo, el maquinista y su ayudante afirman que vieron la señal de avanzada (preaviso) en vía libre y la de entrada en posición de parada, lo cual es incompatible, según Renfe.En el caso de Azuqueca, cuyas vías disponen de mejores instalaciones de seguridad, Renfe indica que el ayudante reconoció la orden de reducir la velocidad (el Talgo iba a 154 kilómetros por hora) y activó el enterado pero no la interpretó; no redujo a 50 kilómetros por hora como se exigía.
El sindicato mayoritario entre los maquinistas, SEMAF, mostró ayer su desacuerdo con el informe de Renfe y anunció que se personará en las actuaciones judiciales. "Tenemos pruebas sobre fallos en los sistemas de seguridad", dijo su portavoz, Bort Nicolau. "Por eso, no tienen por qué decir que únicamente la culpa la tiene el maquinista". Veintiuno de los heridos en Uharte siguen hospitalizados.
