Dubai califica su prueba como la mejor de la historia
"La carrera de caballos del calibre colectivo más alto que jamás se haya corrido en la historia". Así definen a su propia prueba los organizadores de la Copa Mundial de Dubai, una carrera sobre 2.000 metros en la arena que se celebrará el sábado en este pequeño rincón del desierto del Golfo Pérsico.Sería fácil dejarse llevar por el triunfalismo de una gente empeñada en crear un campeonato mundial de verdad en una región de tradición hípica milenaria. Sin embargo, el amor a los purasangre de los Maktoum, la familia real de Dubai, es incuestionable. El jeque Mohammed y sus hermanos son dueños de un inmenso imperio equino repartido en tres continentes. Su interés en devolver a estas tierras el protagonismo que una vez tuvieron en la cría de los mejores caballos del mundo es real.
Pero sería igualmente fácil dejarse caer en el cinismo, viéndolo como un capricho de una familia fabulosamente rica y poderosa que se puede permitir el lujo con sus inagotables petrodólares de comprar todo lo que se le antoje.
La verdad reside entre los dos extremos. La Copa Mundial de Dubai es una carrera abierta a campeones de todos los lugares del mundo en donde se aprecian los caballos. Los premios -un monto total de cuatro millones de dólares- sí han conseguido atraer a los mejores, incluido el campeón europeo, Helissio, de propiedad española, que fue oficialmente clasificado hace doce meses como el mejor caballo de tres años en el mundo entero.
Pero ésta es sólo la segunda vez que se corre la Copa de Dubai, y dos años son muy pocos para abrirse camino en un deporte con más de 300 años de historia. La Copa no tiene todavía el rango de grupo 1, la clasificación internacional máxima para una carrera de caballos. Y es muy difícil organizar un campeonato que se pueda considerar la verdadera prueba non plus ultra del mundo hípico.
Las diferencias entre las carreras sobre hierba y las que se corren en arena son tan inmensas que constituyen casi un abismo cultural. Los norteamericanos y los japoneses acostumbran correr más en la arena. En Europa y en Australia, sin embargo, las carreras en arena escasean y todas las mejores pruebas son sobre hierba. El año pasado en Dubai ganaron los americanos con el casi mítico Cigar y son favoritos para repetir victoria este año. El gran peligro para la Copa Mundial de Dubai es que se convierta con el tiempo en una prueba de bonificación para los americanos. Por eso, aunque no se pueda decir públicamente, una victoria de Helissio esta semana sería el resultado ideal para los organizadores.
Es indudable, sin embargo, que los esfuerzos para crear un campeonato que valga la pena han dado sus frutos. Hay enorme interés por parte de la prensa mundial y la carrera se emitirá por televisión en cuatro continentes. El desarrollo de la Copa es comparable con la propia dinámica de Dubai, una pequeña nación que celebra este año sólo su 25 aniversario como parte del Estado de los Emiratos Árabes Unidos. Es un país cuyo crecimiento y potencial son sorprendentes. Aquí se construye un hotel nuevo cada mes. Sus dirígentes, la familia Maktoum, están promocionando Dubai como un centro internacional de ocio y de negocios. Las carreras de caballos, con el golf, el tenis y otros deportes, son parte del paquete impulsor con que quieren asegurar el futuro tras agotarse el petróleo.
