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GENTE

COSTUMBRES NOBLES

El conde Philif Douglas es un noble que cumple una condenade cinco años en una cárcel de la ciudad sueca de Norrköping, 200 kilómetros al sur de Estocolmo, por graves delitos económicos, condena que no pudo evitar pese a su sangre azul. Aunque ha perdido la libertad, Douglas no ha perdido sus hábitos de noble, lo que se expresa en inusuales peticiones a la dirección del establecimiento. Hace poco le dirigió una carta en la que solicitaba un ordenador porque no podía escribir de otra manera, solicitud que le fue concedida. Después pidió poder usar su teléfono móvil y tener acceso a los canales de televisión CNN y NBC, que no figuran en la oferta común de la televisión sueca. La penúltima solicitud fue la de poder asistir a los servicios religiosos matinales fuera de la cárcel porque, argumentó, la cárcel no es un lugar adecuado para ello. Hasta aquí, concediendo algunas de las peticiones, negando otras, la dirección de la cárcel había mostrado comprensión para su noble presidiario. La gota, no de agua precisamente, que desbordó el vaso, fue cuando Douglas solicitó tener vino en la cena durante los fines de semana.-

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