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Santa Bárbara 'regala' al Ejército 8.000 fusiles por valor de 1.000 millones

Miguel González

La Empresa Nacional Santa Bárbara ha regalado al Ejército de Tierra 8.000 fusiles de asalto Cetme, por un valor teórico de mil millones de pesetas, para sustituir los más defectuosos. Los Cetme del calibre 5,56, de los que las Fuerzas Armadas adquirieron 100.000 unidades entre 1986 y 1991, sufren un problema de diseño que hace que el cañón se desvíe con el uso. El Ministerio de Defensa tiene el propósito de convocar este año un concurso internacional para sustituir al Cetme como principal arma personal del Ejército y la Guardia Civil.

El cañón del Cetme L está fabricado con una aleación de acero que se dilata cuando el arma es sometida a un uso continuado y alcanza altas temperaturas. Cómo consecuencia de ello, el arma se desestabilizá y pierde precisión; además de encasquillarse con frecuencia, lo que en casos extremos puede suponer un peligro para la seguridad.Se trata de un error en el diseño del fusil, que se desarrolló a partir del viejo Cetme C utilizado sin problemas durante décadas, pero cambiando el calibre 7,52 por el 5,56 que utiliza la OTAN y reduciendo su peso de 4,20 a 3,40 kilogramos; sin medir suficientemente" las consecuencias de estas modificaciones.

Ante las quejas del Ejército de Tierra, la empresa pública Santa Bárbara ha optado por regalarle 8.000 fusiles nuevos que tenía en stock, a cambio de la entrega de los que están en peor estado.

En teoría, cada Cétme cuesta unas 130.000 pesetas, por lo que el valor de los 8.000 fusiles ronda los 1.000 millones. En la práctica, sin embargo, las posibilidades que tenía Santa Bárbara de vender los más de 15.000 cetmes que guarda en sus almacenes, una vez conocidos los fallos de diseño, eran casi nulas.

Fuentes de la Agencia Industrial del Estado han indicado que la sustitución gratuita de los cetmes defectusos por los nuevos se enmarca en el propósito del presidente de Santa Bárbara, José Antonio Casanovas, de cuidar el servicio posventa de la empresa fabricante de armas.

La operación obedece al deseo de Santa Bárbara de mejorar sus tradicionalmente malas relaciones con el Ejército de Tierra en vísperas de que se decida qué modelo sustituirá al Cetme L como fusil de asalto.

Las especificaciones técnicas del nuevo fusil están ya listas y el Ministerio dé Defensa se propone convocar este mismo año un concurso internacional, al que podrán presentarse los principales fabricantes del mundo.

Concurso internacional

Aunque en medios industriales se considera vergonzoso que España, capaz de fabricar aviones de combate y fragatas, renuncie a diseñar su propio fusil, Defensa no quiere repetir los errores del Cetme y se inclina porque el nuevo armamento se base en un modelo extranjero suficientemente probado.Otra cuestión diferente es que la empresa ganadora del concurso llegue a un acuerdo con Santa Bárbara para que el fusil se fabrique en España bajo licencia extranjera, Toque probablemente será uno de los requisitos.

El M-16 norteamericano, que utiliza ya la Infantería de Marina española; es uno de los principales candidatos a ganar el concurso, entre otras razones por su precio, unas 70.000 pesetas por unidad, aproximadamente la mitad de lo que cuesta un Cetme. El C7 canadiense (en realidad, una versión mejorada del M-16), el Galil israelí y el FN belga son otros probables candidatos.

Aún no se ha definido el número total de fusiles a adquirir, pero probablemente rondarán los 150.000, si se suman las necesidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil. El programa debe ponerse en marcha en 1998 y su coste total se cifra en unos 15.000 millones de pesetas, que se gastarán a lo largo de varios años; a medida que los cetmes vayan siendo sustituidos.

La compra de los 100.000 fusiles defectuosos, realizada entre 1986 y 1991, costó 12.000 millones de pesetas. Aunque desde el principio se advirtieron algunos problemas, la voz de alarma la dio el Ejército de Tierra en 1995, cuando los fallos alcanzaron proporciones masivas.

En el Ministerio de Defensa se constituyó una comisión técnica que, tras el correspondiente estudio, descartó la posibilidad de reparar los fusiles, al tratarse de un problema estructural, y propuso su sustitución por otro modelo.

Para hacerla posible, y pese a las dificultades presupuestarias, se decidió dar prioridad al programa de adquisición del nuevo fusil de asalto, que sólo estaba previsto abordar a medio plazo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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