Asesinadas dos mujeres policías en Córdoba
Las agentes fueron acribilladas a sangre fría cuando perseguían a cuatro atracadores de un banco
Las policías locales María de los Ángeles García García, de 40 años, y María Soledad Muñoz Navarro, de 36, fueron acribilladas ayer a balazos, a sangre fría, por cuatro atracadores -tres italianos y un hispano-guineano, según la policía- que minutos antes habían robado 50 millones de pesetas y joyas en la oficina principal del Banco Santander en Córdoba. Tres de los homicidas fueron detenidos inmediatamente, y el cuarto fue capturado horas más tarde por la Guardia Civil en Bujalance, una localidad a 40 kilómetros de la capital cordobesa, cuando conducía un coche en el que llevaba dos armas cortas y una larga. García y Muñoz son las primeras policías locales asesinadas en acto de servicio en España desde que se creó el cuerpo.
Eran las 8.30 horas cuando los cuatro atracadores irrumpieron en la oficina principal del Banco de Santander, junto a la céntrica plaza de Las Tendillas, aprovechando la entrada de un empleado; esperaron la apertura de la caja fuerte de la entidad y se apoderaron de unos 50 millones de pesetas, al tiempo que reventaban varias cajas de seguridad, de cuyo contenido se apropiaron: oro, joyas y documentos.Los atracadores, provistos de chalecos antibalas y disfrazados- con pelucas y narices postizas, retuvieron a empleados y clientes del banco, y salieron del establecimiento llevando como rehén al guarda jurado Manuel Castaño, de 34 años. Empleados de varios establecimientos de la calle de Málaga, una de las entradas al banco, vieron cómo huían los ladrones y cómo a uno de ellos se le caía la pistola que empuñaba y la saca con el botín. Algunos de estos trabajadores fueron amenazados.
Cuando el grupo de asaltantes comenzaba la huida, una agente de la Policía Local, desarmada y que prestaba servicio de tráfico en la zona, intentó retener a uno de ellos amenazándole con golpearle con su aparato radiotransmisor, hasta que fue encañonada por los delincuentes. La presencia de esta policía provocó el desconcierto entre los atracadores, que no pudieron llegar hasta el vehículo en el que habían previstohuir.
Ante este imprevisto, uno de los atracadores obligó a un conductor que transitaba por el lugar a bajar de su coche. Era Joaquín Dobladez, ex parlamentario andaluz y ex concejal del PSOE de Córdoba, que en aquel momento llevaba a su hijo de 10 años al colegio. Dobladez se resistió a abandonar su automóvil hasta que fue encañonado en la cara. Mientras tanto, su hijo corría a refugiarse en un bar de las proximidades.
Eran las 8.50. Los ladrones huían en el Peugeot 405 matrícula CO-8842-AB, propiedad de Joaquín Dobladez. No debían conocer la ciudad, ya que huyeron por las calles que más tráfico acumulan a esas horas. Mientras tanto, todas las fuerzas, de seguridad habían sido alertadas del atraco, de que los delincuentes iban armados y de que llevaban un rehén.
Cuando huían, el coche patrulla de la Policía Local matrícula CO-4591-AF localizó a los asaltantes junto al edificio de la Diputación, e inició su persecución. Al llegar a la isleta de la ermita del Pretorio, para continuar por la avenida de América, el automóvil de los atracadores quedó atrapado en medio de un atasco de tráfico.
A sus espaldas, estaba el patrullero ocupado por las agentes María de los Ángeles García y María Soledad Muñoz. En menos de dos segundos, según varios testigos, uno de los atracadores bajó del coche y disparó a quemarropa una ráfaga con el sufusil contra ambas mujeres, que murieron en el acto, sin tiempo siquiera de desenfundar sus armas.
Tras reemprender su escapada, los atracadores, que mantenían retenido a Manuel Castaño Pinedo, de 34 años, guarda de la empresa Securitas, fueron interceptados por una dotación del Cuerpo Nacional de Policía en la calle de Los Omeyas, junto a la estación del AVE. En ese momento, se entabló un tiroteo como consecuencia del cual resultaron heridos dos delincuentes y el vigilante jurado Manuel Castaño Pinedo.
Impacto en el abdomen
Castaño sufrió un impacto en el abdomen, con salida por la fosa renal izquierda; otro en el hombro izquierdo, que le originó un neumotórax; y una tercera herida en el antebrazo izquierdo, que le facturó el radio.Un atracador presentaba una herida inciso contusa en la mandíbula, traumatismo en la muñeca y zona lumbar izquierda y heridas de arma de fuego en el muslo y la pierna izquierda. Su pronóstico era menos grave. Otro de los asaltantes sufrió hematomas en la arcada costal izquierda y una herida de arma de fuego en la región cervical posterior que le provocó una lesión neurológica. Su pronóstico era grave. Los policías nacionales M. G. M. y J. M. G. B. presentaban contusiones y traumatismos de pronóstico leve. Ambos fueron dados de alta.
En medio del tiroteo, dos de los asaltantes consiguieron huir, uno de ellos, herido, en un taxi para minusválidos que estaba en las inmediaciones, y tras intimidar al taxista y a sus clientes. Fue detenido más tarde en un bar del barrio de Ciudad Jardín, cuando tomaba una cerveza.
Todos los efectivos de las fuerzas de seguridad de diversos cuerpos se desplegaron rápidamente en busca del cuarto atracador. Horas después, fue capturado a 40 kilómetros de la capital.
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