_
_
_
_
_
Reportaje:

Para no meter la pata

La Comunidad de Madrid da un curso de protocolo para evitar tropezones de alcaldes y concejales

Paz Álvarez

Un hombre bien educado y cortés debe abrir paso a una dama al subir una escalera. Sin embargo, al llegar al rellano, y antes de entrar al salón, debe ser ella quien tome la delantera. Eso sí, siempre del brazo del caballero. Y también será la señora quien inicie el descenso de peldaños. Un hombre bien educado y, por supuesto, elegante debe saber que el chaqué sólo se usa en actos, entiéndase por bodas, recepciones, entierros o similares, celebrados desde primera hora de la mañana hasta la caída de la tarde. El frac, por tanto, queda reservado exclusivamente para las cenas íntimas, las fiestas, los bailes, las recepciones y las representaciones de teatro y de ópera que se celebren siempre de noche. En el caso de las mujeres, deben olvidar que a la hora del té se usan las lentejuelas y las plumas.Éstas y otras muchas normas sobre el protocolo forman parte de un cursillo que esta semana la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Regional de la Comunidad de Madrid imparte a los alcaldes y concejales de los 179 municipios de la región. En definitiva, se les enseña a no meter la pata en los actos oficiales.

Del truco de la escalera y de la norma del atuendo oyó hablar ayer por primera vez el alcalde de Alameda del Valle, Florentino Sanz, del Partido Popular. Intentaba excusarse: "Soy uno de los alcaldes de los nuevos, llevo poco en el cargo y no tengo idea de muchas cosas. Por eso he venido al cursillo, para no tener problemas con el protocolo". Y recordaba como anécdota la reciente visita al pueblo del presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. "Durante la comida no sabía dónde sentarlo, y hasta que lo resolví pasé un buen apuro".

Para la directora del curso, Pilar Benito, autora de varios escritos sobre normas de protocolo, lo más difícil es saber estar. "Las normas están escritas, pero lo que hay que aprender es cómo desenvolverse y comportarse, sobre todo, aquellas personas que desempeñan un cargo público y están siempre en el ojo del huracán y de la crítica. Hay mucha falta de información sobre este tema porque todo el mundo piensa que es una cursilada". Como anécdota sobre esta falta de información apuntaba los apuros de algunos alcaldes, eso sí, sin dar nombres, al ofrecer una comida a las autoridades. "Por ejemplo, el anterior presidente de la región, Joaquín Leguina, muchas veces fue relegado a un puesto inferior, por debajo del párroco o de algún cacique del pueblo":

En lo del saber estar coincidía otro de los alcaldes, el de Gascones, Francisco Javier Briceño, también del PP, que aseguraba ser más educado porque anteriormente había recibido un curso de retórica. Contaba que allí aprendió una de las normas básicas que, según él, todo alcalde debe saber y muy pocos saben: colocar los pies y las manos. "Parecerá una tontería, pero es algo importante. Las manos deben estar siempre estiradas, nunca hay que esconderlas. Y los pies jamás hay que ponerlos debajo de la silla, porque parece que sí se hace esto hay algo que esconder. Y eso, cuando se trata de un alcalde, siempre es sospechoso", aseguraba sonriente. "Siempre me he liado cuando he tenido que colocar a personalidades en una mesa; por eso es bueno que nos lo enseñen, porque los alcaldes de los municipios pequeños no disponemos de jefes de protocolo", añadió.

De lo aprendido en estos dos días De Mateo destacaba algo que a él siempre le ha llamado la atención: el orden correcto de las banderas. "En la mayo-. ría de los pueblos están puestas al revés, con los escudos de espaldas a la calle". Para quitar hierro, el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Regional, Carlos Mayor Oreja, también asistente al curso, gastaba bromas. "Es importante saber dirigirse a las autoridades. Por ejemplo, al Rey se le puede decir: 'Señor, ¿están buenas las alubias con chorizo? Páseme el pan para mojar el huevo", comentaba, mientras reconocía que él, habitualmente, infringía el protocolo. "Me tengo que disciplinar más, porque mi forma de ser tan extravertida hace que continuamente esté metiendo la pata". Mientras, la profesora Pilar Benito insistía en que los hombres deben olvidarse de los calcetines blancos y optar por los finos de color negro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_