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¿Era necesaria la transición?

En un artículo publicado en EL PAÍS, Miguel Angel Aguilar pregunta: ¿era necesario Mas Canosa? Mi respuesta es simple: ¿era necesaria la unidad española para alcanzar la transición hacia la democracia? En el caso que nos ocupa, la creación de la Fundación Hispano Cubana, la unidad cubana se ha logrado, como lo hicieron los españoles en su tránsito hacia la reconciliación nacional. ¿Por qué, entonces, la cuestiona Aguilar? ¿Cuán honrado es Aguilar cuando dice que desea para Cuba lo mismo que para España? Un titular en EL PAÍS, publicado el 15 de noviembre, citaba al ilustre novelista Mario Vargas Llosa afirmando que "el exilio cubano es el más calumniado de la historia". Hicieron falta sólo cuatro días para que Aguilar confirmara lo dicho por Vargas Llosa publicando un artículo injurioso en el que mezcla la arrogancia con la ignorancia. No conozco al señor Aguilar, ignoro su profesión, pero demuestra una clara vocación de "supremo juez" pretendiendo determinar caprichosamente quiénes son los cubanos aptos para organizar un esfuerzo patriótico en España que contribuya a exigirle, en palabras de Aguilar, "al régimen cubano lo mismo que al nuestro". Aguilar, quien desconoce la realidad de la oposición democrática cubana, emite juicios y opiniones festinadamente. Su tesis es excluyente. Bajo la misma premisa, pudiera cuestionar la legitimidad del PSOE como oposición democrática al Partido Popular. La Fundación Hispano Cubana procura, sin la doble norma que nos quiere aplicar Aguilar, una transición en Cuba similar o parecida a la española, promoviendo para su logro la participación mayoritaria de las víctimas y protagonistas de la actual tragedia cubana. Dice Aguilar que "los cubanos merecen las mis mas libertades que nosotros y no podemos aceptar para ellos nada inferior"; sin embargo, me regatea a mí el derecho a participar en la Fundación Hispano Cubana y cuestiona al Patronato de la Fundación, que formula la invitación, la libertad de hacerlo. Invitación que nunca he discutido con Gortázar, pero que sospecho obedece al hecho real, que nadie puede ocultar, de que dirijo la mayor, la más influyente y representativa de todas las organizaciones que forman la oposición democrática al Gobierno comunista de Cuba. La pregunta que formula Aguilar pudo ser honrada hasta que las calumnias publicadas en el artículo le hicieron perder toda legitimidad. ¿Por qué para preguntar hay que ofender? ¿Será cierto lo que dijo Felipe González de que los españoles incluyen un elemento homicida en la retórica política? Aguilar podrá discrepar de mis pronunciamientos políticos; podrá diferir de mi ideología y procedimientos. Ese es su derecho y yo lo respeto. Pero Aguilar tendrá que admitir que yo también tengo derecho a sostener mi verdad, la cual he proclamado con toda claridad y transparencia ante el pueblo español y por ' lo que me he expuesto -y me expongo- a riesgos personales y económicos. Yo soy un hombre libre que me niego a ser recolonizado por Aguilar y que rechazo la arrogancia y la prepotencia. El artículo de marras sirve para que le formulemos al señor Aguilar, y a otros escritores españoles, algunas preguntas a las cuales nunca los cubanos hemos encontrado respuestas adecuadas. Si el aporte de todos los españoles fue útil para la transición, ¿por qué la de todos los cubanos no puede resultar igualmente útil en la transición democrática que aguarda y desea el pueblo de Cuba? ¿Por qué se pretende aplicar una norma para los españoles y otra para los cubanos? ¿Cuál es la autoridad moral de Aguilar para cuestionar qué cubanos o no deben participar en los esfuerzos por encontrarle a Cuba, en el momento más trágico y oscuro de su historia, una salida democrática? ¿Por qué Aguilar para preguntar tiene que injuriar? ¿Por qué, como dice Abel Matutes, Aguilar no lee y aprende antes de embestir? ¿Por qué Aguilar, para expresar sus opiniones sobre Mas Canosa, tiene que repetir algunas de las consignas de la Embajada de Castro en Madrid? ¿Por qué Aguilar concentra sus ataques sobre las víctimas de Castro y no sobre el victimario? Mi generación no puede cargar con las frustraciones que produjo el 98. Pero sí tiene la responsabilidad de evitar una nueva débâcle que muy bien pudiera producir la miopía y la arrogancia de algunos españoles por no entender que ha transcurrido un siglo desde que Cuba dejó de ser colonia de España.

Jorge Mas Canosa es empresario y presidente de la Fundación Cubano Americana.

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