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González pide a los obispos tolerancia y respeto a la vida íntima de Cascos

El secretario general del PSOE, Felipe González, salió ayer en Budapest, donde asiste a una reunión de, los socialistas europeos, en defensa del vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, y pidio a todos los obispos que le es tán criticando por su reciente boda civil que respeten "su vida íntima". "Ya está bien, señores obispos", dijo en concreto González, que se alineó con la tesis del de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, el único que ha terciado en favor de Cascos al manifestar que, aunque su matrimonio "no es conforme a la vida cristiana", tampoco se debe montar "un escándalo". "Un poco de tolerancia y respeto a la vida íntima del ciudadano Alvaréz Cascos no vendría mal", enfatizó el ex presidente del Gobierno, informa Efe; "tiene los mismos derechos constitucionales que todos los demás. Si no fuera vicepresidente, no le tratarían así".

La reacción de los prelados contra Cascos, divorciado de su primera esposa, con la que tiene cuatro hijos, por su boda civil se produjo en cascada. El pasado martes, tres días después de que se celebrase con más de 400 invitados en el Alcázar de los Reyes Católicos, en Córdoba, el secretario general de la Conferencia Episcopal, José Sánchez, manifestó que las formas no fueron las, más convenientes y que habría sido deseable "un mayor respeto y discreción".

Ese mismo día, en una pastoral, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, tras advertir que el nuevo matrimonio es nulo ante la Iglesia, que sigue considerando el primero como el único válido, criticó "el boato y la importancia" dada a la ceremonia. "No habrían estado mal", apuntó, "algunos gestos de parte de miembros católicos del Gobierno que, sin romper la amistad ni mucho menos, hubiesen evitado dar la impresión de aprobar pública y solemnemente un acto como éste". "Esa actitud", continuó, "no merece la confianza de los votantes cristianos".

Para Gea, que recordó que a Cascos se le debe negar la comunion, es preocupante "el mal ejemplo" porque "mucha gente puede llegar a creer que todo es igualmente lícito desde la fe cristiana".

"Adulterio permanente"

Francisco Javier Martínez, el propio obispo de Córdoba, se unió el jueves a los reproches en una homilía. Tras conceptuar de penoso espectáculo." la boda, se preguntó: "Cuando no se asumen con seriedad las responsabilidades matrimoniales y familiares [en referencia a la primera mujer y los hijos de Cascos], ¿qué garantías hay de que se vayan a asumir con una seriedad mayor las durísimas exigencias del servicio al bien común?".A la par, Gea insistió en ese mismo sentido: "¿Cómo se le van a encargar los asuntos gravísimos e importantísimos de la vida pública a una persona que no merece confianza en la vida privada?".

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A su vez, el arzobispo primado de Toledo, Francisco Álvarez, se sumó el viernes a sus compañeros y, en una homilía - pronunciada en la catedral, reiteró: "[La boda civil], atenta contra la indisolubilidad del matrimonio, agravándose con el adulterio permanente y público, como afirma él Catecismo, ( ... ) y solapa compromisos electorales [del Partido Popular] en apoyo de la familia".

Antonio María Rouco, el de Madrid, escribió ese mismo día una carta pastoral recordando que el matrinionio lo instituye Dios "y no está, por tanto, a disposición del hombre. "Si alguno de los contrayentes recurre al divorcio para contraer nuevas nupcias, se aleja de la comunión de la Iglesia y sitúa su vida en permanente contradicción con la ley de Dios", agregó.

Por último, el de Sevilla, Carlos Amigo, abundó: ", Tanto alarde como el exhibido en esa ceremonia ha podido resultar un poco incómodo para muchas familias". "Está claro que para los católicos el matrimonio no es un contrato, sino un sacramento", concluyó tras no poner reparo jurídico alguno al civil.

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