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Hashimoto pelea por la mayoría absoluta en Japón

Los japoneses deberán decidir el próximo domingo en las urnas si dan por finalizada la etapa de gobiernos de coalición que ha imperado durante los pasados tres años o bien prefieren un Ejecutivo monocolor liderado por el conservador Partido Liberal Democrático (PLD) del actual primer ministro, Ryutaro Hashirnoto. Según todas las encuestas, el PLD será sin duda el grupo más votado. Queda por dilucidar si logrará obtener la mayoría absoluta, lo cual le permitiría gobernar solo sin necesidad del apoyo de otras formaciones menores.

Al menos tres sondeos anticipan la mayoría absoluta de Hashimoto. Será toda una paradoja ver consolidada de nuevo una formación cuya corrupción clientelar rebasó los límites de permisividad y recibió el castigo popular en 1993. Las elecciones anticipadas del domingo para renovar la Cámara de Representantes de la Dieta (Parlamento) ofrecen, pese al alarmante escaso interés que suscitan entre la población, elementos de novedad que pueden abrir camino hacia una lenta, pero decidida, reforma del sistema democrático que artificialmente creó en el país Estados Unidos tras la derrota de Japón en la II Guerra Mundial. "Existe una crisis abierta del modelo japonés basado en una economía de exportación y quizá se necesiten tres o cuatro convocatorias electorales más para que madure uno nuevo en el que haya fuerzas aún inexistentes", opina un embajador europeo. Los cambios en Asia, y en particular en Japón, tienen ritmos mucho más lentos que en Occidente, pero no por ello dejan de producirse. El cambio en sí ya ha comenzado, probablemente desde que en 1993 fuera expulsado del poder el PLD, con lo que se ponía fin a un monopolio ininterrumpido de casi 40 años de gobierno.En estos tres últimos años la primera potencia económica asiática y segunda mundial ha tenido cuatro gobiernos distintos sin pasar por las urnas y ha hincado la rodilla hasta extremos impredecibles. El país vivió durante ese tiempo el periodo de recesión económica más largo de su historia tras el fenomenal estallido de la llamada economía de burbuja, que llevó al desplome bursátil, al hundimiento del sector inmobiliario -hinchado exageradamente con precios artificiales fruto de la especulación-, y al caos en las finanzas públicas y en la banca privada "Hubo demasiada confianza aun cuando se sabía que tarde o temprano el sistema iba a estallar, como así fue", explica Mikio Wakatsuki, director ejecutivo del Banco de Japón antes del derrumbe de la Bolsa en 1992 y actualmente presidente del Japan Research Institute, un reputado centro privado de estudios económicos. Y a ello hay que agregar la tragedia del terremoto de Kobe (6.000 muertos) en enero de 1995 -con todas las críticas habidas hacia la Administración por su falta de previsión y su lentitud en las tareas de auxilio- y la pesadilla del gurú Shoko Asahara y su secta La Verdad Suprema, autores de la muerte con gas venenoso de al menos 11 personas en el metro de Tokio.

Rejuvenecimiento político

Las novedades sobresalientes de estos comicios anticipados son tres: la puesta a prueba por primera vez de un sistema electoral mixto, la renovación de al menos dos terceras partes de la clase legisladora con un notable rejuvenecimiento de la edad de los candidatos, y la aparición, días antes de la disolución de la Dieta, de una formación, el Nuevo Partido Democrático (NPD), de carácter reformista. La nueva ley electoral pretende establecer un sistema bipartidista de corte británico.En la nueva Cámara baja, 300 diputados serán elegidos por el sistema mayoritario uninominal y otros 200 proporcionalmente entre listas de partido en 11 grandes circunscripciones regionales. No hay garantías de que el nuevo sistema funcione correctamente, a juzgar por las encuestas, que apuntan a una cómoda victoria del PLD tanto en el mayoritario como en el proporcional, muy por delante de la segunda fuerza política, el partido Nueva Frontera (conservador reformista) del ex liberal Ichiro Ozawa.

El rejuvenecimiento de la clase política permitirá que ancianos curtidos en demasiadas lides, como el dirigente socialista y ex primer ministro Tonmiichi Murayama o el histriónico y breve gobernante liberal Sosuke Uno ya no estén en la Dieta. Sin embargo, veteranos caudillos en la sombra como Yasuhiro Nakasone, Noboru Takeshita o Kiichi Miyazawa tratarán de conservar su acta parlamentaria.

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Los comicios pueden marcar un nivel histórico de abstención, según anticipan las encuestas, por encima del 40%. La falta de credibilidad que despierta en general la clase política en el pueblo japonés se ha visto acentuada durante esta última legislatura por la fuga de diputados de un grupo a otro y por la pérdida de identidad de tradicionales partidos de la oposición, como el socialista, que decidió aliarse con los liberales en mayo de 1994.

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