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VUELTA 96

Rominger: "Adiós a la Vuelta"

Carlos Arribas

Sus auxiliares le disculpaban -"la verdad es que ya nos lo había dicho él, que la cabeza la tenía en otra parte"- y el propio Rominger tampoco dramatizaba una situación - "ya dije que no sabía lo que pasaría en las primeras etapas, pero que si el equipo me llevaba hasta Ávila sin perder tiempo, a partir de ahí empezaría a pensar en ganar la Vuelta", dijo el suizo- ya pronosticada hace días por su director, Juan Fernández: "Si hay un corte en las etapas llanas y Tony no se mete, no pasará nada, porque nuestro líder es el sprinter Steels".Una muerte ya anunciada, pero aun así increíble. ¿Cómo un hombre veterano y experto, ganador de tres Vueltas y favorito en ésta, pudo haber perdido el tren en la tercera etapa, y más por una cuestión táctica, por un despiste?

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El suizo, de 35 años sólo acertó a describir las circunstancias, no a explicarlas. "Iba tan atrás cuando se subió el puerto de tercera que no pude ver las maniobras de la ONCE", explicó, la cara, piernas, culotte, maillot y gorra cubiertos de barrillo. "Cuando se hizo el corte empezamos a trabajar fuerte todo el equipo, pero cuando vimos que la distancia aumentaba hasta los tres minutos, desistimos, no teníamos nada que hacer, Esto ha sido el adiós".

-Y ahora, ¿qué?

-Intentaré ganar alguna etapa.

-¿Contrarreloj o montaña?

-Un sprint masivo.

-En serio, Tony.

-Es verdad, nunca he ganado al sprint.

Las disculpas y advertencias que tenía preparadas el suizo -de puertas afuera siempre ha dicho que corría la Vuelta para preparar el Mundial- no le valían al otro gran derrotado de la jornada manchego-ventosa, el aragonés Fernando Escartín. "Se ha acabado la Vuelta para mí", dijo, exhausto. "Hemos llegado prácticamente pájaras". Lo de Escartín no fue, según él, un despiste, sino un cálculo erróneo. "El viento no, pegaba de costado, sino de cara y un poco de espalda. No pensábamos que podía pasar lo que ha pasado. Cuando mantuvimos un rato la distancia a 1m 40s parecía que se podía, pero saltaron a tres".

"Me duele muchísimo lo que ha pasado", elijo Escartín. "Todo el año trabajando para ganar la Vuelta, y llega una etapa de éstas, en principio intrascendentes y cortas, y lo pierdes todo

Laurent Jalabert recuperó el maillot amarillo y, de paso, condenó a dos de sus rivales más fuertes. No es mala cosecha cuando se piensa que no hace ni dos meses abandonaba el Tour hundido. Y, sin embargo, ni tanto ni tan calvo. "El Tour yo lo tengo olvidado", dijo, "sólo me sirve para demostrales que estoy vivo a los que dudaban de mí, pero estamos sólo en lo blando de la Vuelta, queda todo lo duro". Manolo Sáiz, su director, llevaba días mentalizándolos para atacar en la etapa de Albacete, pero ningún corredor las tenía todas consigo. "Mirábamos el perfil y no lo veíamos claro", dijo Jalabert, que con su triunfo de ayer lograba su 16 a victoria de etapa en la Vuelta. "No veíamos dónde se podía decidir, pero Manolo nos insistió en que probáramos". Y ahí está Jalabert, de amarillo otra vez. "La Vuelta no está decidida, hemos sacado minutos igual que nos los pueden sacar a nosotros cualquier día si no estamos despiertos".

Induráin -"lo mejor del día es el gran aporte de moral que ha tenido que recibir Miguel", dijo Eusebio Unzue.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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