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Detenidos un conocido mafioso marsellés y tres lugartenientes ocultos en la Costa Brava

La colaboración policial entre ambos lados de los Pirineos es fluida no sólo para cuestiones antiterroristas. Fruto de este entendimiento es la operación sincronizada llevada a cabo por las policías española y francesa a lo largo del pasado fin de semana en varias localidades de la Costa Brava catalana y en Marsella (Francia) contra una poderosa organización mafiosa que actúa en el sur del país vecino. La redada acabó con la detención en España de cuatro de los principales miembros de la banda criminal. Uno de ellos, Raymond-Migière, El Chino, considerado el capo, de la banda mafiosa marsellesa, es un peligroso delincuente.

Agentes del Área de Delincuencia Organizada de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, acompañados de agentes franceses -éstos en un segundo plano y sin intervenir directamente- irrumpieron simultáneamente el pasado viernes por la noche en dos casas y un apartamento de las localidades de Calonge, Calella de Palafrugell y Platja d'Aro. En estas poblaciones de la Costa Brava se refugiaban Raymond Migière, conocido como El Chino, y sus lugartenientes los también franceses Gilles di Tosto y Laurent Albert Fontaine, apodado El Mostachos, y el italiano Umberto Vaccari.Inmediatamente después de comunicar el resultado positivo de la operación realizada en el lado español de los Pirineos, agentes policiales franceses desencadenaban entre el sábado y el domingo una amplia redada en las bases donde actúa la banda mafiosa de Migière y sus compinches. El resultado de esta redada fue la detención de unas 80 personas, 20 de las cuales han pasado ya a disposición de la justicia francesa.

Típicamente mafiosos

Los cuatro mafiosos detenidos en la Costa Brava, de edades comprendidas entre 42 y 50 años, duros y experimentados en actividades delictivas, según la policía, residían en las tres poblaciones catalanas desde hace unos meses. Huían de la presión a que les tenía sometidos la policía francesa, que les busca por los delitos típicos de toda organización mafiosa: asociación ilícita, asesinato, extorsión, juego ilegal, proxenetismo y tráfico de drogas.

Concretamente, Raymond Migière es un conocido jefe mafioso marsellés con numerosos antecedentes policiales en Francia y con abundantes condenas a sus espaldas. La última fue la que le llevó a la cárcel convicto de un delito de extorsión contra bares y clubes nocturnos en el sur de Francia. Un tribunal le dejó libre el mes de abril de 1991.

Fue precisamente el control de determinados bares, de salas de fiesta y de las máquinas tragaperras -ilegales en Francia fuera de los casinos- lo que desencadenó el pasado verano una guerra entre mafias en el sur de Francia. Guerra en la que la banda desarticulada conjuntamente por Francia y España tenía un papel destacado.

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En una de las escaramuzas, en julio de 1995, se produjo el asesinato del dueño de un bar de Aviñón. En este crimen participaron en distinto grado los cuatro detenidos en España. Fuentes policiales informaron de que el dueño del bar tenía máquinas tragaperras y fue víctima de un escarmiento o de una venganza. La policía francesa acusa de esta muerte al lugarteniente de Migière, Gilles di Tosto, pero los cuatro arrestados estuvieron presentes en la misma acción.

Sospechas fundadas

Cuando los investigadores franceses tuvieron fundadas sospechas de que los cuatro detenidos se habían refugiado en Girona, avisaron a sus colegas españoles y ambos cuerpos policiales montaron la operación para detenerles.

Desde sus refugios en la Costa Brava, Migière y los suyos, con identidades falsas, continuaron moviendo y dirigiendo los negocios delictivos que tienen en el sur de Francia. La policía española ha documentado numerosas visitas de recaderos y llamadas por teléfono a sus subordinados desde Girona.

Pero los mafiosos no se limitaron a seguir controlando a distancia su actividad delictiva, sino que estaban preparando una operación consistente en una gran importación de hachís procedente del norte de África, según fuentes policiales. Para ello, ya habían establecido contactos con narcotraficantes españoles especializados en cruzar el Estrecho de Gibraltar y burlar los controles.

Los cuatro mafiosos, tras ser puestos a disposición de la autoridad judicial, se hallan encarcelados en la prisión de Figueres. El caso pasará previsiblemente a manos de los jueces de la Audiencia Nacional, quienes, tras los plazos legales pertinentes, procederán con seguridad a su extradición a Francia.

Las ventajas de Girona

Los mafiosos franceses suelen refugiarse en localidades de la provincia de Girona cuando notan la presión policial en el cogote. Girona, una provincia eminentemente turística, ofrece un refugio ideal -lo mismo le pasa a la Costa del Sol- a los malhechores extranjeros. Éstos, confundidos con la multitud de turistas extranjeros, se pueden mimetizar perfectamente con el entorno en casi todas las épocas del año ya sea como visitantes temporales o como residentes fijos.Pero Girona ofrece una gran ventaja a los delincuentes franceses que la Costa del Sol no puede igualar: las poblaciones de la provincia catalana están como quien dice a un tiro de piedra de las zonas en las que la mafia marsellesa hace negocios.

Unas horas de autopista dejan a los mafiosos en sus casas francesas o -en sentido inverso- en sus refugios de la apacible costa catalana. Además, lo puertos deportivos de la Costa Brava, frecuentados por abundantes embarcaciones extranjeras, están a menos de una jornada de navegación de las costas de Marsella.

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