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20.000 kilos de toxicos, abandonados sin control en una antígua nave de curtidos

Vicente G. Olaya

Unos 20.000 kilos de productos tóxicos, cancerígenos, irritantes o corrosivos dormían en fosas, bidones o esparcidos por el suelo desde hace dos años. La Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Regional ha comenzado a retirar las peligrosas sustancias abandonadas en una destartalada nave del polígono industrial La Piqueta, en Fuenlabrada (160.570 habitantes). Los productos fueron abandonados a su suerte en 1994, según la Comunidad, cuando la empresa Schakal -dedicada al curtido de pieles- quebró.Sylvia Enseñat, viceconsejera de Medio Ambiente, calificó ayer el depósito como "el mayor de la región". Hasta ahora, el vertido encontrado en 1995 en una finca, de San Fernando (28.900 habitantes) -250.000 litros de aceite usado- estaba considerado el más peligroso.

Enseñat añadió que el hallazgo de Fuenlabrada ha evitado "una catástrofe". El informe de los técnicos es aterrador: juntó a la entrada principal de la nave se descubren fosos y depósitos de más de mil litros con vertidos químicos. En el patio de la fábrica se halla un foso con "un líquido indeterminado con una altura de unos cuatro metros". "El garaje está inundado de agua mezclada con sustancias sin determinar, donde flotan bidones", indican.

Bombonas de acetileno, protóxido de nitrógeno, tintes, cloroformo y bidones de aceite, abandonados por doquier. Sacos de naftalina, acetato de plomo, ácido fórmico, sosa, ácido clorhídrico y sustancias cancerígenas, todo dejado a su suerte. Etiquetas en el suelo donde se lee: "Peligro, inflamable e irritante". Y todo coronado por "una balsa negra de grandes dimensiones" donde flotaban bidones con sustancias peligrosas.

La nave que ya limpian los operarios de la consejería tiene unos 12.000 metros cuadrados. Fue saqueada durante los dos últimos años.

Hace dos semanas, el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) la descubrió y levantó acta de inspección. Un juzgado de Fuenlabrada ha ordenado retirar las sustancias tóxicas y peligrosas que hubiere". Los productos serán trasladados a los centros de incineración y almacenaje de Valdebebas y San Fernando. La Comunidad ha abierto un expediente sancionador que puede llevar aparejada una multa de unos 100 miIlones de pesetas y los gastos que origine la destrucción de los productos.

La edificación se mantenía ayer custodiada por la policía local, vigilantes de la Comunidad y agentes de la Guardia Civil.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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