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Chaves incorpora a dos andaluces a su Gobierno

El acuerdo fue a gusto de todos. Manuel Chaves presidirá, por primera vez en Andalucía, un Gobierno de coalición, en el que el socio minoritario, el Partido Andalucista (PA), ocupará dos nuevas consejerías: Turismo y Deporte, y Relaciones con el Parlamento. El reparto de parcelas queda así en una posición intermedia: los andalucistas consiguen dos consejerías, como reclamaban, y el PSOE cede un solo departamento con delegaciones en las ocho provincias.Chaves tomó posesión de su cargo ayer arropado por fa familia socialista: el ministro de Administraciones Públicas, Joan Lerma; el de Trabajo, José Antonio Griñán; los otros tres presidentes autonómicos socialistas: de Castilla-La Mancha, José Bono; Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y Navarra, Javier Otano, y el ex vicepresidente Narcís Serra. Luis Carlos Rejón, líder de IU-IC, no acudió a la toma de posesión.

La ceremonia en el Parlamento de Sevilla fue doble. Por un lado, la promesa oficial de Chaves en la presidencia de la Junta; por otro, la rúbrica del llamado Compromiso por Andalucía, el acuerdo del Gobierno de coalición. Los ternos oscuros, las galas de las autoridades militares, y el desembarco de una amplísima representación de los socialistas aún con mando en plaza dieron la solemnidad justa a los dos testimonios de lealtad: a la comunidad y a la estabilidad del Ejecutivo por cuatro años.

En su discurso, Chaves se refirió a la financiación autonómica en el mismo tono marcadamente revindicativo de sus útimas intervenciones en el Parlamento.

Ni socialistas ni andalucistas disimularon la satisfacción por el acuerdo obtenido. Los andalucistas, con cuatro escaños, han visto cómo sus esfuerzos han tenido recompensa y se han llevado las dos consejerías, número que consideraban imprescindible, tanto en clave interna, para no aparecer con un único sillón como convidados de piedra en un Gabinete de 12 carteras, como externa, pues Relaciones con el Parlamento es una parcela que deja poco espacio a las imputaciones de "rodillo" y a las acusaciones de PP e IU de venderse por un plato de lentejas.

Aunque llegar a la decisión del pacto fue bastante fácil, prácticamente al día siguiente de las elecciones, la confección del Gobierno de coalición ha sido complicada. El PSOE se resistía a entregar a sus socios tantos altos cargos (ocho delegados provinciales por cada una de las consejerías en poder del PA) y ofrecía a cambio agrupar los departamentos que reclamaban bajo una sola denominación y una dirección general más.

Hasta que no cayeron en la cuenta de que el objetivo irrenunciable del PA era obtener dos consejerías, más que el peso administrativo real de varias secciones, no se halló una salida. En la madrugada de ayer, a los negociadores socialistas se les encendió la bombilla: una consejería sin delegaciones en las provincias. Al frente estará el secretario general del PA, Antonio Ortega.

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