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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Enredos polacos

LA ELECCIÓN, el pasado fin de semana, de Josef Olesky como presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), los ex comunistas, ha provocado sorpresa e indignación entre buena parte de la opinión pública polaca. Tres días antes, Olesky había dimitido como primer ministro al haber sido acusado de trabajar para los servicios secretos rusos. Tras una resistencia inicial, Olesky, aun insistiendo en su inocencia, no había tenido más remedio que renunciar ante el, monumental escándalo nacional y la inquietud despertada en un Occidente al que Polonia pretende asociarse.Kuron, una de las figuras más prestigiosas de la resistencia contra el anterior régimen comunista, había sostenido la tesis de Olesky sobre el origen sospechoso de las acusaciones. Éstas podrían obedecer a una campaña de Walesa para vengarse de su derrota frente al candidato ex comunista Kwasniewski en la elección presidencial. Pero dicho eso, Kuron creía ineludible la dimisión de Olesky, ya que carecía de la confianza de una gran parte de la opinión democrática.

Este juicio autorizado ayuda a entender hasta qué punto es improcedente la decisión que acaban de adoptar, casi por unanimidad, los ex comunistas. Con Olesky al frente del PSEI, las negociaciones para buscar un nuevo primer ministro son mucho más difíciles. De hecho, será Olesky el que acepte su sucesor. No es esto lo que pedía la opinión polaca. Una vez que Olesky había aceptado dimitir, lo lógico hubiera sido que se colocara en un lugar discreto, por lo menos hasta dar tiempo a que se demostrase que, como él afirma, las acusaciones son falsas.

El PSD ha logrado dos éxitos importantes: ganó las elecciones legislativas de 1994 y en 1995 derrotó a Walesa en las presidenciales. Sin embargo, la arrogancia de que ha hecho prueba después de la dimisión de Oleksy puede tener efectos muy negativos. En vez de optar por buscar acuerdos amplios y flexibles con el mayor número de fuerzas del arco democrático, ha escogido la crispación y polarización de la vida política.

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