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Francia supera los tres millones de parados

Enric González

El desempleo sigue creciendo en Francia y vuelve a afectar a más de tres, millones de personas. 57.600 ciudadanos engrosaron la cola del paro entre noviembre y diciembre y elevaron el porcentaje hasta el 11,7%. La degradación del mercado de trabajo es desastrosa para el presidente Jacques Chirac y su primer ministro, Alain Juppé, que hicieron del empleo su máxima prioridad. Desde que ambos tomaron las riendas de Francia, en mayo pasado, la ligera mejoría iniciada en 1994 se ha invertido y la tendencia es claramente negativa para los próximos meses.El balance de 1995 se mantiene ligeramente positivo ya que, según las cifras oficiales, hay 58.000 parados menos que un año atrás. Pero eso se debe a la rápida creación de empleo en el primer trimestre de 1995 y, sobre todo, a un cambio en el sistema de recuento de la Agencia Nacional de Empleo (Anpe). Con los antiguos métodos, el número de parados no sería de 3,019 millones, sino de 3,290 millones. El Instituto de Estadísticas Económicas no prevé mejoría alguna hasta junio, en el mejor de los casos, y calcula que a mitad de año el desempleo afectará a más del 12% de la población activa.

Lo peor para Chirac y Juppé es que todas sus soluciones han fracasado. El Contrato Iniciativa Empleo (CIE), basado en subvenciones a las empresas que contrataran parados de larga duración y presentado como una de las grandes claves del programa económico-social de Chirac, sólo dio resultados durante un par de meses. El paro juvenil está aún peor que hace un año y el propio Alain Juppé reconoció su fracaso durante una entrevista en televisión: "Lo hemos hecho muy mal con los jóvenes", dijo. Según los últimos datos, más de 615.000 menores de 25 años buscan un puesto de trabajo.

Más déficit

Otras medidas generales, como la reducción de cargas sociales sobre las empresas, tampoco han dado frutos. Chirac reconoció la semana pasada que muchas empresas se habían "embolsado los beneficios de la reducción del coste del trabajo, sin preocuparse de crear enipleos", y añadió que el Gobierno debía "exigir contrapartidas a las empresas en materia de empleo", antes de emprender nuevas reformas. Aún contando con que obtenga un cierto éxito el modesto paquete de medidas para relanzar el consumo presentado el martes, nadie espera que la economía francesa pueda crecer más de un 2% este año. La mayoría de las estimaciones apuntan más bien hacia un 1,6%. Sin embargo, hace falta un crecimiento del 2,8%, por lo menos, para que que el saldo de la creación de puestos de trabajo sea positivo. Dado que el presupuesto para 996 se elaboró sobre una previsión de crecimiento del 2,8%, ya descartada, las perpectivas son sombrías: habrá más parados y menos recaudación fiscal de la revista, es decir, más déficit. Francia estará aún más lejos que ahora de los criterios para el acceso a la unión monetaria.

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