Un toque de cordura
E. R. / J. M. El conflicto desatado por el partido de Copa entre Atlético y Betis ha convertido el encuentro de hoy en un escrutinio riguroso de la justicia arbitral. Mejuto González, el árbitro de la contienda, aparece sobrecargado de presión, aunque ambos equipos han querido frenar la polémica.
Se trataba de apagar el incendio. Tendió su mano inicialmente Luis Uranga, el presidente de la Real, al reconocer los méritos del Atlético y afirmar que no cree que los árbitros le favorezcan con sus decisiones. Un toque de cordura, en suma.
Radomir Antic se unió ayer a la bandera blanca izada desde San Sebastián: "Agradezco a Uranga sus declaraciones. No he leído algo tan bonito desde hace mucho tiempo. Ha dado una lección de cómo se prepara desde su posición un partido".
"No quiero insistir en la presión", añadió Antic, "y, por eso, mi intención es crear un ambiente ideal para que el árbitro pueda desarrollar su labor con toda la confianza".
Luboslav Penev, el goleador del Atlético, está seguro de que hoy no habrá incidentes que lamentar. Y dio su versión sobre los de Sevilla: "Si se hubieran tomado medidas, no habríamos llegado tan lejos. ¿Cómo podía haber botellas de whisky y botes de coca-cola? Nosotros vamos a jugar al fútbol, no la vida. No estamos para que nos tiren una botella y nos dejen seco".
