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Entrevista:

"Nunca pactaremos con quien pretenda hacernos cambiar la política lingüística"

Asegura que no es es ni el número dos ni un vicepresidente, pero sus primeros pasos demuestran que actúa como tal.Antes incluso de ser nombrado el pasado viernes consejero de Presidencia, ya había decidido dos nombramientos importantes. Pausado y capaz, Xavier Trias i Vidal de Llobateras, de 49 años, ofrece la imagen de un político moderno llamado a imprimir un nuevo estilo al Gobierno de la Generalitat.

Pregunta. La política lingüística ha sido objeto de polémica. Convergència tenía un proyecto de reforma de la Ley de Normalización. ¿Saldrá adelante? ¿Cree que se han cometido errores?

Respuesta. No. Creo que nuestra política lingüística ha sido muy correcta, al margen de que en algún lugar concreto pueda haberse cometido algún pequeño error. En cuanto a la reforma, lo que ocurre es que, en un momento dado, hemos querido dar un nuevo paso adelante, y ha quedado en suspenso. Queremos modificar la ley, pero si la reforma genera rechazó, no lo haremos. Éste es un asunto en el que, para avanzar, es imprescindible el máximo consenso. A veces no es el momento más propicio para plantearlo y es evidente que el último año no ha sido precisamente el más idóneo. Con tres elecciones de por medio no se puede crear el clima necesario para abordar discusiones como ésta. Habrá que esperar tiempos más tranquilos.

P. Su primera decisión, ha sido la designación de Ramon Camp como portavoz de CiU en el Parlament. ¿No cree que esta es una decisión que debería haber tomado el grupo parlamentario?

R. Era una decisión muy importante para mí. Y para tomarla he contado con el anterior portavoz, Raimon Escudé, y con el partido. Si soy el consejero de Presidencia y, debo tener una estrecha relación con el Parlamento, quiero una persona que ya conozca la mecánica de la Cámara, que domine las leyes, que tenga una buena relación con los demás partidos y una buena sintonía personal conmigo.

P. Una de sus funciones será coordinar los distintos departamentos. ¿Qué margen de intervención tendrá?

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R. En la gestión política cada vez hay más cuestiones transversales. Es obvio que algunas medidas de Bienestar Social afectan a Sanidad. Otras de Medio Ambiente afectan a Industria. Mi función será coordinar esas políticas.

P. Eso es lo que en el Gobierno central hacía el vicepresidente Narcís Serra.

R. Porque el Gobierno central tenía un vicepresidente y el de la Generalitat no, ni creo que deba tenerlo. He visto que hay gente interesada en decir que mi cargo equivale a una vicepresidencia. Están equivocados. Un Gobierno es un equipo en el que cada uno tiene unas funciones. No soy vicepresidente ni conseller en cap. Tengo unas funciones muy importantes, pero no soy el número dos ni es tampoco mi vocación.

P. Uno de los ámbitos en los que en ciertos medios de CiU se considera que es urgente poner orden es el del llamado sector de los negocios de Convergència para evitar situaciones como la provocada por De la Rosa. ¿Qué opina?

R. El asunto de De la Rosa es muy concreto. No es una cuestión de negocios ni el caso tiene nada que ver Con la acción de Gobierno. Efectivamente, voy a dedicar una parte de mi esfuerzo a establecer contacto y dialogar con los diferentes sectores sociales, entre ellos el de los negocios.

P. No nos referíamos a los negocios convencionales. Más bien asuntos como el caso Planasdemunt o...

R. Entonces no sé de qué negocios se trata. Pero insisto en que creo que es muy injusto que se hable de los negocios en tono inforativo, porque el empresariado es un sector que crea riqueza y hay que tenerlo muy en cuenta.

P. ¿Ve usted a Duran Lleida como posible sucesor de Pujol?

R. Hay mucha gente que puede suceder a Pujol. Dentro de Convergència cada uno tendrá su idea sobre esta cuestión. Pero como no estamos en el caso... Lo que hemos de tener no es una sola persona, sino muchos sucesores. El día que haya de hacerse la sucesión -y espero que sea muy tarde- no se encontrará una persona que sea como Pujol. Un líder como él aparece muy de tarde en tarde. Si surge uno cada siglo ya podemos estar contentos. Así que creo que no habrá un heredero, habrá muchos. Ahora mismo, ya hay un conjunto de gente que algún día podría sustituir a Pujol.

P. Hay quien dice que el pujolismo está en declive.

R. No sé qué es el pujolismo. Lo que sí sé es que las ideas que defiende el presidente no están en declive. Al contrario, creo que están en alza. El gran mérito de Pujol ha sido plantear un nacionalismo integrador, no excluyente y absolutamente abierto.

P. La subida del PP en barrios como Sant Gervasi y Sarriá, ¿significa que la burguesía catalana está dando la espalda al nacionalismo?

R. No, es un voto útil que nosotros teníamos y que al surgir una fuerza política con un planteamiento de derecha dura ha decidido votar a Vidal-Quadras.

P. En marzo quizá CDC tenga que pactar con esta derecha dura.

R. Bueno, ya veremos. Pero no llegaremos a ningún acuerdo que no respete nuestro programa. En todo caso, primero habrá que ver los resultados. Puede ser un juego de aritmética difícilísimo. Pero, claro, las decisiones políticas no se toman sólo por la aritmética. Se toman por las convicciones y los programas y por lo que las fuerzas después te ofrezcan. Por ejemplo: nunca pactaremos con un partido que pretenda hacernos cambiar la política lingüística.

P. ¿Nunca?

R. Lo que sucede es que, a veces, cuando la gente, manda se vuelve más pragmática. Pero creo que en la vida hay que ser realista sin ir en contra de tu electorado. El pragmatismo tiene límites. Hemos demostrado que hemos colaborado a la gobernabilidad, pero no nos casamos con nadie.

P. ¿Qué ventajas puede tener para Cataluña un Gobierno del PP en España?

R. Este intento de presentar que los del Partido Popular son como demonios no me parece bien. Algunas ventajas serán capaces de aportar. Creo que ahora todos tenemos que procurar no decir cosas que cierran puertas porque es importante que el país se pueda gobernar. Pero hay gente que está diciendo cosas que no puede decir si quiere recibir el apoyo de Convergència. El problema es que en el Estado, español hay mucha crispación política.

P. ¿Pero no cree que esta crispación se está trasladando ahora a Cataluña? Por ejemplo, en el caso de Serra.

R. Lo que ocurre es que a Serra lo ponen muy a tiro. Presentarlo y pensar que no habría críticas fue muy ingenuo. Otra cosa sería que toda la campaña girase en torno a las críticas a Serra. Ahora hay que hablar de programas.

P. ¿Qué opina de José María Aznar?

R. No le conozco. Pero creo que es un señor que tiene un gran mérito.

P. ¿Cuál?

R. Que se ha impuesto y ha conseguido un partido en el que manda y que sube.

P. Un pacto con el PP, ¿podría dividir a Convergència?

R. No me parece un buen planteamiento.

P. ¿Cuál es el planteamiento, en su opinión?

R. Ahora, en el periodo electoral, todo el mundo subraya las diferencias. El gran problema del PP es que quiera diferenciarse sobre todo en el aspecto nacionalista. Si lo hace se equivocará porque nosotros somos ante todo nacionalistas.

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