BOND NO ECOLÓGICO
James Bond, el agente secreto con licencia para matar, es un "pecador" grave en materia del medio ambiente, opina Birgid Weinzinger, la portavoz de la organización ecologista austriaca Global 2000, que fue a ver la película más reciente con aventuras de Bond, Goldeneye. Para empezar, el superhéroe quebranta las leyes de la física, ya que al caer de gran altura se adelanta a un avión que está igualmente cayéndose, lo que revela que sabe poco de la naturaleza ni calcula bien los riesgos. Pero, peor aún, tampoco ha oído jamás hablar de Chernóbil y otras plantas nucleares peligrosas, porque los riesgos nucleares que provoca Rusia en el filme tan sólo vienen del espacio. Y para el desguace de armas químicas peligrosas, el agente de su majestad prefiere la posibilidad menos ecológica, una explosión gigantesca y un gran incendio, critica Weinzinger con un guiño de ojos, amén de que los incendios y los mares de llamas abundan en la película. Además, Bond suele usar muchos vehículos rápidos que gastan demasiada energía, como aviones y los coches más potentes y modernos, mientras que la película, en una escena, deja en ridículo a un grupo de personas que van en bicicleta, mucho más ecologistas.-
