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La 2 rinde tributo al humor 'marxista'

El espacio Cine Club, estrena esta noche (a la 1.20), con, la película Una tarde en el circo, un ciclo dedicado al humor irreverente, surrealista y contundente de los hermanos Marx. Groucho, Harpo y Chico, acompañados en alguna ocasión por Zeppo, el más soso de la familia, protagonizan seis comedias seleccionados por La 2 para rendir homenaje a uno de los clanes más importantes en la historia del género. Contratados por la Paramount y la Metro, triunfaron con una fórmula comercial que combinaba la risa con el amor por la música.Coincidiendo con el descubrimiento de un guión firmado por Salvador Dalí para los hermanos Marx, La 2 dedica seis semanas al humor corrosivo de estos emigrantes alemanes que triunfaron en el teatro, primero, y pasaron al cine tras superar una etapa profesional en la que fueron conocidos como Los Cuatro Ruiseñores. Los hermanos Marx eran cinco: Leonard (Chico), Adolph (Harpo), Julius (Groucho), Milton (Gummo) y Herbert (Zeppo), aunque en el cine formaron cuarteto y la fama alcanzó al trío formado por Groucho, con su bigote y su obsesión por las faldas forradas de dólares; Chico, el pícaro con gorro y facilidad para embaucar y ser embaucado, y Harpo un mudo cleptómano pegado a una bocina estruendosa.

Humor caótico

Dueños de un sentido caótico del humor, del diálogo (la pobre Margaret Dumont, habitual en los repartos de los Marx, conoció las mayores vejaciones orales jamás sufridas por una actriz) y de la puesta en escena (su encuentro en el camarote de un barco forma parte del patrimonio artístico de la humanidad), los hermanos Marx también hacían sus pinitos en el mundo de la música: Groucho ponía la letra, pero la melodía era dominada por el arpa de Harpo y el piano de Chico. Los números musicales solían romper el ritmo endiablado de sus comedias, pero los Marx se sentían orgullosos de la educación artística que les inculcó su madre, Minnie. Aunque nunca lograron los récords de taquilla de los cómicos Abbott y Costello, la Academia de Hollywood reconoció su- labor con un Oscar honorífico en 1974 y la televisión no deja de recuperar sus títulos.

El ciclo de La 2 ofrece lo mejor de la filmografía marxista: Una tarde en el circo (1939, Edward Buzzell), un enredo recordado principalmente por el tema. Lidia, la mujer tatuada; Un día en las carreras (1937, Sam Wood), comedia enloquecida en un hospital donde se suceden gags insuperables; Los hermanos Marx en el Oeste (1940, Edward Buzzell), en la que destaca la loca carrera por encima de los vagones del tren; Una noche en la ópera (1935, Sam Wood), romántico enredo musical bajo la carpa; Una noche en Casablanca (1946, Archie Mayo), parodia del clásico Casablanca, y Sopa de ganso (1933, Leo McCarey), su obra maestra, una sátira política que convierte a Groucho en el imposible presidente de Freedonia, una república ignota y delirante.

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