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Entrevista:

"Si no incineramos..., ¿qué hacemos?"

El alcalde de Mataró, Manuel Más Estella, de 47 años, gobierna la ciudad desde los 33 años. Asegura que la gestión de las basuras ha sido su gran preocupación. Bajo su mandato, el municipio ha probado todo tipo de tratamientos. Estas pruebas han conducido, de una forma casi determinista, a la incineración. Ahora, Más gobierna con el apoyo de Iniciativa per Catalunya-Los Verdes, que le han quitado de la cabeza añadir un tercer horno a los dos actuales. Más exclama apasionadamente: "¿Qué quieren los ecologistas que hagamos con la mierda?".

Pregunta. ¿Que factores hicieron aconsejable instalar una incineradora de basuras?

Respuesta. En 1980 optamos por el reciclaje y compostaje [producción de abono a partir de la materia orgánica]. La planta se inauguró en 1985. Pero no se ganaba dinero [con la venta de abono]. Así que de negocio, nada. Y como la basura llega sin clasificar, la cantidad que se aprovechaba era del 35% de lo que entraba en peso.

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P. ¿Qué hacían con la basura que no se reciclaba?

R. La primera operación fue llevarla al viejo vertedero de Mataró, que ya se había cerrado. Los vecinos nos pusieron una querella por delito ecológico. Paramos la querella enviando los restos a un vertedero controlado, a 70 kilómetros de Mataró, en 1986. Así que el 65% de la basura que entraba por la mañana en la planta se iba a 70 kilómetros. Teníamos que asumir el coste del transporte y el del canon del vertedero.

P. Así que pensó en quemar.

R. La propia concesionaria de la planta de reciclaje nos advirtió de un método de incineración por pirólisis. En 1989 trasladamos a Mataró una planta de incineración de la República Federal de Alemania. Pero ese año cayó el muro de Berlín y se la llevaron a la antigua República Democrática Alemana. Después de este proceso llegamos a la conclusión de que lo mejor era una incineradora.

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