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Canal + emite hoy la primera parte del mejor documental sobre los Beatles

Manuel Rivas

La llamada, o el adiós, de la sirena de un barco en el grisáceo puerto de Liverpool. Así empieza el documental más ambicioso nunca antes dedicado a un grupo de música pop. Todo, o casi todo, sobre los cuatro tipos que conmociona ron el mundo durante una década y que hicieron de sus canciones un folclore contemporáneo y universal. A partir de hoy (22.00) -y con continuación el 10 y 17 de diciembre- Canal + ofrece The Beatles Anthology, seis horas de historia del grupo más célebre del siglo XX.

Profetizaron, con ironía iconoclasta, que acabarían siendo más famosos que Jesucristo. A la espera de que los programas escolares traten a los Beatles con la amplitud que se merecen los seres de leyenda, Anthology es una especie de tesis doctoral, un recorrido de largo aliento.Concebido como "el mejor trabajo que se haya realizado nunca sobre el cuarteto de Liverpool", Anthology llega a España con la aureola de una realización inusual en el abordaje televisivo de un fenómeno musical. El toque de alborada fue servido con el lanzamiento previo de dos temas inéditos, Free as a bird y Real love, incluidos en el documental.

The Beatles Anthology es, en cierta forma, una gran biografía audiovisual autorizada. "Vamos a hacerlo", le dijo el productor Neil Aspinall a Paul, George, Ringo y Yoko Ono. "Teníamos algo que nadie más tenía, que era el acceso directo para entrevistar a los tres miembros supervivientes de los Beatles y el camino libre para utilizar entrevistas de John". Algún intento anterior había fracasado, pero el tiempo ha ido limando las asperezas entre los viejos colegas y la estricta testaferro que parece ser la viuda de Lenon.

Ante la cámara dirigida por Geoff Wonfor, responsable de The Tube, una exitosa serie para el Chanel 4 sobre músicos británicos, los veteranos más condecorados del pop cuentan sus batallas con generosidad. Pero además, durante seis horas intensas y amenas el programa está incrustrado de material precioso. Se utilizaron unas 10.000 secuencias de imágenes y música. Se manejaron toneladas de archivos, entrevistas, grabaciones, fotografías, montajes, cuadernos y recuerdos familiares. Entre las más raras joyas figuran las películas caseras y algunas grabaciones de adolescencia, aportadas por los propios protagonistas. Una de las filmaciones domésticas data de 1963 y muestra, a los Beatles haciendo el gamberro en una playa. Era aquel tiempo que John definió como el más feliz del grupo. "Lo siento mucho por Elvis, porque él estaba solo", decía George Harrison. "Nosotros somos cuatro para compartirlo". En la primera parte del Anthology, aparece la reliquia más entrañable: sus primeros días cantando Some other guy en The Cavern, donde se gestó todo esto. Y el blanco y negro impone la ley de la nostalgia.

Con todos los hilos bien controlados, el acierto de Anthology es que no ha caído en la tentación de convertirlo en un majestuoso epitafio ni en un ejercicio de egolatría. Los tres supervivientes de los Beatles aparecen contenidos pero no muertos. Se muestran incluso dicharacheros, como cuando Ringo rememora su primer encuentro con Bob Dylan durante la histórica gira de 1964 por EE UU. "Era la primera vez que fumaba marihuana. Y me reí, me reí, me reí". En cuanto al difunto John, por su puesto que aparece más vivo que nunca.

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