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Sueskun dice que ETA tiene la obligación moral de dejar las armas

ETA tiene la obligación moral y racional de cesar en su estrategia de lucha armada, porque el pueblo vasco le está pidiendo, por abrumadora mayoría, que cese ya. Así lo cree el preso de ETA Mikel Sueskun, que fue detenido cuando estaba infiltrado como agente de la Ertzaintza, y actualmente en tercer grado penitenciario tras acogerse a la reinserción. Ayer presentó en el Parlamento de Navarra un escrito en el que pide a ETA el abandono de las armas y al Gobierno central la apertura de una vía de diálogo.

El escrito, apoyado, según Sueskun, por al menos diez presos en tercer grado desvinculados ya de la banda armada, destaca que "Ia violencia de ETA tiene en principio una función simbólica, provocativa y de identificación", aunque desde una "perspectiva ética" se pregunta si "realmente la opresión que se denuncia desde el mundo de ETA es tan grave como para justificar el derecho a matar y al mismo tiempo su disposición a morir".En el documento se resalta la creación de que es necesaria un clima de distensión para acabar con la violencia y apunta los fundamentos legales por los cuales se debería dar la libertad-condicional a cien presos de ETA que han cumplido tres cuartas partes de su condena, así como a aquéllos que tienen enfermedades incurables.

Asimismo, señala que, en aplicación de la ley, se debe tras ladar a los presos de ETA a las cárceles de sus comunidades de origen o provincias limitrofes, y se debe permitir su comunicación con familiares o amigos.

Sueskun manifestó en rueda de prensa, tras presentar el escrito, que los ex presos de ETA que apoyan el documento dan la razón "a todos aquéllos que dicen que la vía policial no conduce absolutamente a nada, sino que deben existir otras vías, fundamentalmente la del diálogo". ETA, dijo, "tiene la obligación moral y racional de cesar en su estrategia de lucha armada, por que el pueblo vasco por abrumadora mayoría le está pidiendo que cese ya".

No obstante, añadió que tampoco debe ser imprescindible" que el Estado espere al abandono de las armas para abrir una posible vía de diálogo, porque "en esa espera suceden cosas desagradables, como el secuestro de José María Aldayá", sobre el que dijo que "lo bueno sería que mañana fuese liberado y eso fuera el comienzo de la pacificación de Euskal Herria".

Sueskan pide al Estado la ampliación de las medidas de reinserción, porque, "tal como está planteada ahora, es muy difícil que haya más presos de ETA que, se acojan, ya que la reinserción no es la semilibertad del tercer grado, sino la libertad total".

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En este sentido, criticó la reinserción defendida Por el Pacto de Ajuria Enea. Sueskun aboga por una amnistía general.

Aizpurúa, condenado

El Tribunal Correccional de París condenó ayer, en rebeldía, a un año de prisión al etarra José Domingo Aizpurúa Aizpuru por participar en una "asociación de malhechores, relacionada con actividad terrorista". El tribunal considera a Aizpurúa, de 43 años, el responsable en 1989 de los pasos clandestinos de activistas de ETA por la frontera franco-española. Aizpurúa, en paradero desconocido, ya fue condenado por este tribunal el 3 de diciembre de 1993 a cuatro años de prisión y a diez años de prohibición de residencia en territorio frances. Según la fiscalía, Aizpurua sustituyó a Miguel Zarrabe como responsable de los pasos clandestinos por la frontera cuando Zarrabe fue detenido en Bayona (Francia), en 1989.

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