El PP rechaza el plan de ajuste del naval y acusa a los actuales directivos de "realizar una nefasta gestión"
El Partido Popular (PP) rechazó ayer tajantemente el plan de ajuste del naval planteado por el Gobierno, e hizo especial hincapié en su desacuerdo con el cierre de los astilleros de Cádiz y Sevilla. El responsable del sector naval del PP, Arsenio Fernández de Mesa, vinculó ayer los negativos resultados de los astilleros a la mala gestión de sus directivos. Además, señaló que los trabajadores "son víctimas de la nefasta política del Ejecutivo".Fernández de Mesa criticó la política llevada a cabo por el Gobierno socialista, que definió como un ejemplo de "descapitalización humana y desmantelamiento de los astilleros", al tiempo que dijo que el denominado Plan Estratégico de Competitividad del sector "es un ajuste puro y duro de plantilla".
El PP, según explicó su experto, defendió una racionalización de las plantillas y un rejuvenecimiento de las mismas mediante la puesta en funcionamiento de las escuelas de aprendizaje y aseguró que no son partidarios de que "se le toque ni un dedo a un solo tabajador". Asimismo, recalcó que para que haya una reducción de plantilla debe producirse un cambio de gestores.
El partido conservador plantea la creación de fondos de garantía para la renovación de flotas, la consolidación de las estructuras financieras, el incremento de la capacidad tecnológica y de desarrollo, la dotación a las empresas de nueva capacidad de gestión y la participación de los gobiernos autonómicos en los consejos de los astilleros públicos.
Ayer, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) denunció que el cierre de las factorías de Astilleros de Sevilla y Cádiz provocará unas pérdidas superiores a los 10.000 millones de pesetas a las empresas auxiliares de estas dos provincias andaluzas., Además, esto supondría la desaparición de 3.000 puestos de trabajo. El secretario general de la CEA, Santiago Herrero, que se reunió ayer con los representantes de empresarios del metal y del naval, explicó que de los 10.000 millones de pérdidas, 7.000 serían para Cádiz y Puerto Real y el resto para Sevilla. De los 3.000 empleos, 2.300 se perderían en las factorías gaditanas y el resto en Sevilla.
