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COPA FEDERACIÓN

Sorprendente derrota de Arantxa

Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, incumplieron el signo de su propia historia ayer en Santander. Las confrontaciones particulares indicaban que Arantxa, salvo cuando aún era una niña, siempre había derrotado con autoridad a Sabine Hack y que Conchita jamás había sido capaz de superar a Anke Huber. Como consecuencia: España, 1; Alemania, 1 al término de la primera jornada de la semifinal de la Copa Federación. Conchita Martínez se impuso a Anke Huber por 6-2, 2-6, 6-0 y Arantxa perdió con Sabine por 4-6, 2-6. Hoy se sabrá si las españolas se clasifican para la final. Dos individuales y un doble resolverán en una Copa Federación que por primera vez se juega a cinco partidos.La pista de la Real Sociedad de Tenis de Santander, instalada en el istmo que une la península de La Magdalena con la capital cántabra, fue un insólito escenario, bello al máximo pero difícil para todas. La meteorología, con cielo encapotado, humedad y viento cruzado o circulante, según el caso, influyó como una dificultad más que sumar a la problemática de la eliminatoria. Para colmo, la pista, de tierra batida, lenta y blanda, obligó a un trabajo a la desesperada y a meditar cada golpe.

Conchita empezó decidida, con buen saque y comportándose como exigían las características de una cancha a nivel del mar Cantábrico. Resolvió el primer set (6-2) después de que Anke le hiciera pasar apuros en el séptimo juego, con tres ventajas para cada una y resolución final de la oscense. Conchita venció porque supo ejecutar los golpes sin antes enseñarlos. Con un tenis que no telefoneaba lo que iba a hacer, la aragonesa fue a más.

En el segundo set Anke empezó bien porque rompió el servicio de la española. Conchita trataba de llevar a la alemana hasta la media pista, si bien Anke replicaba mostrándose rápida, sólida y decidida.

Con un set para cada jugadora y la pista cada vez más arenosa, Conchita se la jugó. Entró en la fase decisiva imponiendo mayor velocidad al juego y dominando por piernas y precisión.

Arantxa decepcionó. Simplemente porque estuvo desacertada. Erró mucho. Se sintió incómoda en la pista. Sufrió, careció de paciencia y hasta llegó a contagiarse sin tino del tenis de bolas altas y largas por el que apostó Sabine Hack.

Esta vez Sabine le comió la moral a Arantxa. Hack no imprimía velocidad a la bola y además la elevaba. Todo lo tenía que hacer la español, que se mostró impaciente. Desconcertada, Arantxa perdió el servicio en el primer juego. Buscó la reacción a la brava y el afán por atacar la llevó a caer en errores que la hundieron.

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