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González, partidario de eliminar el veto la política exterior de la Unión Europea

Xavier Vidal-Folch

El presidente del Gobierno, Felipe González, impulsará una reforma del Tratado de Maastricht que permita a los Quince tomar decisiones eficaces de política exterior, eliminando el requisito de la unanimidad. González afirmó que José Borrell desempeñaría un papel más lucido que José María Aznar como miembro del Consejo Europeo y se mostró seguro de que podrá desarrollar sin problemas la presidencia semestral de la Unión Europea (UE).

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Todas estas afirmaciones las hizo González en el palacio de la Moncloa a los corresponsales españoles acreditados en Bruselas en la misma noche del jueves, pocas horas después de que estallase la bomba Damborenea y tras haber negado las imputaciones del antiguo dirigente socialista vasco.González se mostró prudente pero firme sobre uno de los asuntos estrella de la reforma del Tratado de Maastricht. "No creo que en política exterior y de seguridad común se vaya a ir pronto, en un plazo corto, a tomar decisiones por mayoría o mayoría cualificada", dijo de entrada. Pero también se manifestó decidido partidario de acabar con el requisito paralizante de la unanimidad, por dos posibles vías: una corrección de esta mayoría, o la llamada abstención activa.

"Yo no rechazaría la toma de decisiones por mayoría cualificada, siempre que se corrija también mediante una adecuada ponderación de la población", dijo, sumándose así a la postura francesa. Aunque añadió que en temas de defensa eso va a ser casi imposible: "Es verdad que, por ejemplo, catorce Estados no podrán decidir que el Estado número 15 envíe tropas a Bosnia".

Por eso, González se decantó preferiblemente por la otra vía. 'Creo que la hipótesis que irá ganando terreno ante la CIG Conferencia Intergubernamental que en 1996 debe decidir sobre la reforma del Tratado de la Unión] será la de la abstención activa", que permitirá que un socio "que no quiera participar" en una decisión común de política exterior pueda no hacerlo, "pero al mismo tiempo sin bloquear" la decisión.

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Esta fórmula es la preferida de momento por el Grupo de Reflexión que prepara laCIG. Plantea el problema de quién financiaria, esas actuaciones exteriores no unánimes. Recientemente el comisario de Asuntos Institucionales, Marcelino Oreja, se ha manifestado a favor de que incluso en esos casos sea el presupuesto comunitario el que responda. Éste es uno de los grandes temas que debatirán los jefes de Gobierno en la cumbre extraordinaria del 22 y 23 de septiembre en Formentor (Mallorca), que su anfitrión desearía concluir "con una rueda de prensa conjunta" de los quince mandatarios al estilo de los países nórdicos. "Eso contribuiría mucho más a la transparencia y al acerca miento de la UE al ciudadano que la instalación de cámaras de televisión en las reuniones del Consejo", argumentó González. De todas formas, González opina que los asuntos de justicia e interior (delincuencia, drogas, Europol) movilizan más a las opiniones públicas que la política exterior.

El presidente manifestó el de seo de que su sucesor siga la línea emprendida y aproveche la experencia acumulada en las cumbres y, en general, en la política comunitaria. "Debería ser así, aun que no estoy tan seguro de si eso es lo que pretenden hacer algunos en política europea", lamenté. Preguntado si veía más capa citado a José María Aznar o a José Borrell para tomar la antorcha en los Consejos Europeos, dijo, escuetamente: "Yo creo que Borrell".

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