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Sancristóbal se escuda en un matrimonio riojano para justificar su cuenta bancaria

Julián Sancristóbal sacó ayer un nuevo conejo de la chistera. Tras su encarcelamiento por el secuestro de Segundo Marey y su intervención en la organización de los GAL se refirió a una conspiración contra Felipe González dirigida por el señor Z. Ayer, ante el informe de los peritos del Banco España que relaciona los fondos reservados de Interior con su cuenta en la sucursal de Induban en Jerez de la Frontera, alegó al juez Baltasar Garzón que el dineno es suyo.Los peritos no habían podido determinar con exactitud sí las decenas de millones llevadas en metálico por el director de la su cursal o por el propio Sancristóbal hasta la localidad gaditana procedían de la cuenta de fondos reservados que el Ministerio del Interior tiene en el Banco de España. Lo más que habían precisado era la relación existente en tre las salidas de dinero de la cuenta del banco emisor y los in gresos por importes similares en la cuenta de Sancristóbal, pero con demoras que oscilaban entre siete y diez días.

Sancristóbal aportó ayer un acta notarial -con fecha 8 de junio- según la cual un matrimonio de Casalarreina (La Rioja), formado por Ángel Ibarlucea y Lucía Aldálur, le encomendó entre 130 y 140 millones de pesetas para que se los invirtiera en pagarés del Tesoro y activos financieros fiscalmente opacos. Este matrimonio le confió el dinero porque, según consta en el acta, le querían como a un hijo. Ibarlucea no se encontraba ayer en su domicilio, pero una persona que no se identificó dijo en su nombre: "No va a hacer ninguna declaración. Lo que tenía que decir ya lo ha dicho y si el juez necesita saber algo más, ya lo preguntará".Honorarios profesionales

Sancristóbal, con el pelo muy corto, chaqueta azul y piantalón gris, dijo al juez del caso GAL que el dinero le fue entregado entre 1983 y 1986, cuando él no tenía otros ingresos que su sueldo como director de la Seguridad del Estado, y que lo devolvió junto con los intereses, aproximadamente 180 millones, en 1989-90. La explicación de los movimientos de su cuenta en Induban se centró después en el periodo en que Sancristóbal ya había dejado Interior.

Justificó un ingreso de 74 millones, procedentes de la empresa Iberdealer, alegando que se trataba de honorarios profesionales por funciones de intermediario financiero. El mismo concepto atribuyó a otros 114 millones, aunque no quiso precisar la empresa que los había pagado.

En todo momento Sancristóbal negó que una sola peseta de la cuenta procediera de dinero público. Los peritos han establecido que al menos procedían de la cuenta de fondos reservados un cheque de siete millones pagado a Luis Roldán y otro de 15 pagado a Francisco Álvarez.

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El ex alto cargo se mostró extrañado de que él hubiera autorizado el pago a Roldán, porque era nominativo y no era lo habitual. No obstante dijo que a veces algunos confidentes preferían que no se les pagase en cheques del Banco España y por eso Interior compraba los de Induban. Los dos encargados de los fondos reservados, Luis Bernaldo de Quirós y Juan Antonio Minguez, afirmaron la semana pasada que fue Sancristóbal quien ordenó los pagos.

,El defensor de Sancristóbal, José María Stampa, afirmó que estaban intentando quebrar a su cliente -para que acuse a sus superiores, y citó la actitud de González Cayuela, perito del Banco España, como poco objetiva. José Luis Galán, aboga do de la acusación, dijo que Sancristóbal estuvo muy nervioso y que de tanto rascarse se hizo una herida en el dedo pulgar de la mano izquierda. Tras declarar regresó a la cárcel.

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