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Aznar considera casi convocadas las elecciones en Cataluña y cree que llevarán a las generales

VICTORINO RUIZ DE AZÚAEscacalar el último peldaño. Tras ascender el penúltimo el 28-M, José María Aznar pidió ayer a los suyos un esfuerzo ante las nuevas responsabilidades, emplazó a Felipe González y a Jordi Pujol a que expliquen para qué agotar la legislatura, advirtió que la "resistencia" es "mala para España y para el PSOE" y dio por casi convocadas las autonómicas en Cataluña, que según cree desencadenarán las generales. El PP constituyó ayer mismo su gabinete electoral de Cataluña, donde la fecha límite es marzo próximo, y en pocos días hará lo propio con el de las generales.

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En la primera reunió n de la Junta Directiva Nacional tras las elecciones, Aznar se atuvo al guión. Había. aplazado su rendición de cuentas ante la directiva para dar tiempo a que los adversarios "movieran ficha". Y su interpretación de la semana transcurrida es que las autonómicas catalanas "se han convocado sin convocarse" y que González, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, "se ha sentado encima de los problemas" en vez de afrontarlos. Para Aznar, la situación interna del Gobierno no es soportable y entraña cada vez más riesgos para España. El Ejecutivo ha perdido el apoyo mayoritario. El PP cree que "los españoles deberían tener capacidad de decidir" sobre su continuidad "y no cabe duda de qué dirían".Pero rechazada su propuesta de celebrar con las municipales y autonómicas las generales, Aznar apuntó con claridad hacia dónde mira, ante los más de 300 miembros de la directiva. Mira hacia Cataluña y Pujol, porque si la facultad de disolver" las Cortes es del jefe del Gobierno, la capacidad real de hacerlo antes de lo que éste desearía la tiene el líder de CiU.

Sobre la base de que las autonómicas catalanas pueden ser en cualquier momento y arrastrar unas generales, Aznar reconoció que la iniciativa" para ofrecer "un Gobierno estable" le corresponde "claramente" a González, "si aún es capaz de hacerlo". "No bastan declaraciones retóricas de voluntad de agotar la legislatura. Hay que decir cómo, con quién, para qué y en qué condiciones".

Luego, los miembros de la directiva escucharon ironías sobre las demandas de algunos socialistas para incorporar al Gobierno rostros nuevos, calificadas de "operación cambio de caras", y una advertencia revestida de broma, al parafrasear a González. La continuidad del Gobierno "hará bueno lo de dos por el precio de uno, será mala para España y mala para el PSOE".

En cuanto a CiU, el presidente del PP lanzó otro emplazamiento. Si los nacionalistas catalanes deciden mantener el apoyo al Ejecutivo y a su presidente, "deberán aclarar en qué condiciones" se produce ese apoyo, "con qué compromisos, con qué tiempo y en qué circunstancias", para que los ciudadanos sepan a qué atenerse.

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El líder del PP se felicitó por lo que considera definitiva incorporación a la normalidad democrática. "Se vota a gobernantes por lo que hacen o no hacen. Nada más". Los españoles han hecho oídos sordos "a los viejos tambores del enfrentamiento y la división", "una coartada" de la que los socialistas "han abusado hasta aburrir".

El resultado electoral, según dijo, no es fruto de una situación coyuntural, sino de la ocupación del centro desde la derecha y de "un cambio muy profundo en la sociedad española". La pretensión de González de mantenerse en el centro sin abandonar la izquierda mereció la consideración de puro cálculo táctico.

Con "la máxima humildad", Aznar subrayó que jamás el centro derecha en España había conseguido un vuelco democrático tal del poder territorial. Con cierto tono severo, advirtió que no se trata de llegar al poder para hacer lo mismo".

Otra advertencia a los nuevos presidentes de comunidades autónomas, tras subrayar como componente esencial de la confianza mayoritaria la cohesión y unidad del partido, fue que en el PP "no hay barones ni reinos de taifas".

Aznar aprovechó para profundizar el contraste que pretende ofrecer con el PSOE y, personalmente, con González. "Tampoco hay salvadores de nada ni de nadie. Sólo servidores públicos que trabajan por el país".

Al margen del paladeo del triunfo, la experiencia habló por boca de Rodolfo Martín Villa. El ex vicepresidente del Gobierno con la UCD pidió a los dirigentes que se tomen en serio sus nuevas responsabilidades. "Nos juzgarán por lo que hagamos, no por lo que digamos", vino a expresar.

Aznar se sumé a la admonición y delimitó el campo de juego de los posibles Pactos. Los criterios los decidirá la Ejecutiva, aunque él adelantó un ofrecimiento a las "fuerzas afines", los distintos partidos regionalistas.

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