Los regionalistas sólo cuentan con PP para los pactos poselectorales
El Comité Nacional del Partido Aragonés (Par) abordó ayer su estrategia de alcanzar acuerdos doten a la comunidad de "una estabilidad que permita la llegada de inversiones que reactiven la economía", según Fernando Labena, su portavoz. La reunión de ayer en Zaragoza sirvió para dejar claro que se entablarán contactos oficiales con el PP, que es el que ha ganado estas. elecciones", salvo en entidades locales menores.
La asamblea analizó en tono crítico los resultados del Par, que habían abierto un debate público entre diversos dirigentes. A lo largo de la semana se han producido intercambios de acusaciones sobre la responsabilidad tanto de la designación de los candidatos como de los con tenidos de la campaña. En este sentido, el comité decidió reconducir las discrepancias hacia el seno de la organización y canalizarlas en un congreso en mayo de 1996.Los congregados se manifestaron ampliamente en contra de reeditar en las mismas condiciones el acuerdo de Gobierno de coalición con el PP, pero pusieron de manifiesto la necesidad de conseguir cotas de poder que permitan reestructurar internamente el partido. Las dificultades económicas de la organización tras ser desalojada por el pacto entre el PSOE, IU y un diputado popular tránsfuga del Ejecutivo en septiembre de 1993 condicionaron el trasfondo. También salieron a la luz enfrentamientos personalistas por controlar la cúpula del Par.
Labena fue tajante al descartar cualquier posibilidad de escisión entre los regionalistas y aludió a la pretensión de nominar a un solo portavoz para la negociación con las otras formaciones. El nombramiento de José María Mur para este papel dejaría ver el control que aún ejerce.
Por su parte, la Chunta Aragonesista (ChA), que se incorpora al Parlamento, ha obligado a renunciar a uno de sus dos concejales en Zaragoza, Ricardo Mata, al haber trascendido su vinculación, al parecer indirecta, a una estafa.
En IU se ha debatido más sobre la situación interna del partido, que ha perdido, por ejemplo, la Diputación de Huesca.
