Reivindicación abulense
La gente de Madrid tiene la equivocada idea de que Ávila es una ciudad vieja y conservadora. Nada eso. Somos una ciudad de vanguardia. Aquí alumbramos, en su día, al gran Adolfo Suárez. Más tarde les descubrimos a un todavía engominado José María Aznar. Nuestro último invento es la "chirimbolomanía municipal": ésta es una epidemia en la que un virus de mobiliario urbano ornamental invade las calles y estropea las vistas. Se manifiesta con especial virulencia en tiempo de elecciones.Hace más de dos meses que nuestras murallas, con pretexto de iluminar, sufren el asedio de 147 canastos metálicos de un metro cúbico de volumen (ruego envíen un fotógrafo que refleje la destrucción de perspectivas). Y hoy constatamos que la chirimbolomanía abulense también ha tenido éxito en la capital. Les recomiendo que, en lo sucesivo, estén más atentos a esta ciudad, ya que, como pueden ver, marca las tendencias de la moda política española.-
Ávila.