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Sólo para profesionales

Vicente G. Olaya

El aparcamiento, ayer, a las siete de la tarde estaba casi lleno. Las familias minoristas se bajaban de los coches y cogían los carritos vacíos que les esperaban a las puertas del hipermercado Makro, número uno en mayoristas, según reza un cartel en la entrada. "Es un sitio barato y encuentras buenas ofertas", comentaba Alejandro Gimbert, un vendedor de automóviles de San Fernando de Henares, rodeado por sus dos hijos y su mujer. "Para comprar aquí hace falta tarjeta. Nosotros llevamos la de mi madre [que es panadera jubilada]".Makro es una gran superficie comercial a la que se accede sólo mediante carné. Éste se consigue en sus oficinas si se presenta una licencia fiscal. "Yo tengo el carné desde hace muchos años. Me lo dieron en la empresa donde trabajo", replicaba ayer Raúl Collado, un mecánico de Coslada. Un redactor de este periódico, provisto de un carné correspondiente a mujer, entró sin dificultad en el centro.

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A pesar de su carácter mayorista que le ha propiciado la coartada para sortear la restrictiva ley de horarios comerciales, que sólo afecta a los minoristas-, Makro, en la práctica, se comporta cómo un hipermercado normal, donde es posible adquirir una sóla unidad de cada producto.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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